miércoles, 26 de diciembre de 2018

Deseos inciertos


Quiero emborracharme y así enviar a todos a la cofradía del auténtico olvido, menos a ti.
Quiero embriagarme con el suave néctar de las flores de tus pechos e inventar trasnoches contigo.
Quiero extraviarme por los confusos entre líneas de tus letras para encontrarme una y otra vez al recorrerlos sabiendo que me piensas.
Quiero beber hasta el hastío los zumos de tus placeres más íntimos aunque eso me lleve a morir rendido al pie del manantial que los provee. 
Quiero perecer en ti,  mujer de mis sueños tórridos y amaneceres en vela, para así permanecer eterno.

martes, 11 de diciembre de 2018

Los conjuros y el viento


Vivía tirando conjuros al viento con el anhelo implícito de que expandiera mis deseos íntimos más puros y los llevara allí donde yo no me atrevo, en la búsqueda de la ansiada correspondencia.
El viento ha tomado mis deseos, los ha envuelto, los ha estrujado y los ha vuelto a despachar, contaminados con altas dosis de lujuria, enrarecidos por lo excelso de los placeres mundanos, viciados con la candencia de las pasiones humanas.
Y en vez de aclararme el panorama ha diseminado mis dudas. Y entre tanta duda aquellos conjuros lanzados al viento han terminado por afectar a destinatarios no pretendidos.
Y la devolución no tardó en llegar, aunque de receptores que no llamé y rebosantes de lujurias, placeres y pasiones jamás invocadas.
Y lo que en un inicio fue sentimiento genuino, inmaculado y hasta inocente, terminó por ser un ilógico desenfreno, una intolerancia inadmisible, un despropósito inaceptable.

martes, 4 de diciembre de 2018

Relax


Me gusta sentarme en el suelo y tratar de descifrar el misterioso conjuro que embarga a la noche y la luna.
Me gusta sentarme en el suelo y seguir los titubeos de los brillos y las oscilaciones de las penumbras.
Me gusta sentarme en el suelo y llenar el pecho con el aire sabor a hierbas de los crepúsculos.
Me gusta que te sientes a mi lado, apoyes tu cabeza en mi pecho y juntos y en silencio miremos el inmenso alrededor que nos embruja y nos aúna.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Fuera de órbita


Hoy se me ha dado por extrañarte, por recordar aquellos tiempos de extraña cercanía de cuerpos distantes y almas gemelas, cuando cada uno desde su lugar en el mundo apreciaba ese recorte del cielo que mostraba la belleza del lucero colgando de la luna, y daba libertad a los pensamientos para que se entrelazaran a través de esa imagen. Y tú solías ser luna y yo intentaba ser lucero encandilado en ti. Pero, de repente y casi sin darnos cuenta el otrora oscuro firmamento fue llenándose de pequeñas luces que por el solo hecho de ser muchas opacaron nuestros brillos. Y yo como lucero ya no llamo tanto tu atención ni pendo demasiado de tu embrujo y tu luna, esquiva a mi órbita, ya no logra embriagarme.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Convicción


No busquen motivos, tampoco razones, ni siquiera excusas, porque la única verdad que explica en cierta manera mi particular forma de ser es que soy así. Me voy de las fiestas en su apogeo. Me retiro de la realización de una actividad o un deporte en el momento en que debo subir al podio. He escalado diversos terrenos escabrosos y he llegado a estar a centímetros de alcanzar la ansiada cúspide pero me he dejado caer cuando tan solo debía extender la mano. Camino con aplomo, avanzo con pasos decididos y certeros, pero al tener la plena seguridad de que estoy por alcanzar lo que deseo mis brazos se niegan a rodear el objeto de anhelo. Me siento cómodo actuando ante la adversidad, resolviendo los problemas, superando las dificultades. Quizás de eso se trate, tal vez de estrellas fugaces esté plagado mi firmamento, acaso esa sea mi esencia; el disfrutar de los pormenores del trayecto en vez de apostar todo a la finalidad incierta del epílogo.

sábado, 3 de noviembre de 2018

El peso de las cadenas


He dado por tierra por propias intenciones con todas y cada una de las ilusiones que yo mismo he forjado. Es que he olvidado demasiadas veces que el imán de la gravedad tiene un notorio influjo y que no hay manera de levitar por el firmamento yendo a la caza de utopías sin estrellarse, o de crear alas que tengan la suficiente fortaleza para dejarse llevar sin el perjuicio de ser atraído por lo que se ha dejado atrás. Sigo con los pies sobre la tierra, sujeto por el peso de las cadenas que yo mismo he fijado sobre los cimientos de las buenas costumbres ajenas y los ideales de los demás.

martes, 23 de octubre de 2018

Desamparo


El hombre sentado junto a la entreabierta ventana observa con ojos entornados ya opacos, dotado con una calma inadecuada, pues tiene algo de exasperante y mucho de incomprensible dada su precaria situación, como la gente pasa y pasa por la vereda frente a él sin siquiera notar su presencia. Un cigarrillo y un perro acompañan su dolor. Sí, el mismo cigarrillo que supo ahuyentar a las escasas personas que formaban su entorno es el único brillo que lo acompaña en la oscuridad absoluta propia de la gran desazón. Y el perro, con su mirada ladeada y su rascar incesante, ha sido quien ofició de atenuador de malos humores en la pesadez de los últimos días, y fue el único, además, que supo escuchar durante ese lapso los pormenores de los pesares del hombre murmurados, sin querer o no, en voz alta. Mientras tanto, a pasitos de esa ingrata imagen, los transeúntes continúan yendo y viniendo. Todos distintos o todos iguales. Para el caso da lo mismo, de cualquier manera ninguno de ellos se ofrecerá por propia voluntad a escuchar lo que tenga que decir para descargar sus penas ni le dará ese abrazo consolador, cosas que son tan necesarias para dejarse ir en paz.

martes, 16 de octubre de 2018

¿Redención o cadalso?


Se las ingeniaba para robar ciertos libros que no podía comprar. Aunque sabía que no era suficiente para absolverlo por sus reiterados hurtos, en el momento de ser aprehendido, alegó en su defensa que los leía con absoluta devoción, cosa que es mucho más que lo que hace la gran mayoría que tiene la posibilidad monetaria de adquirirlos.

Deseos implícitos


Vienen a mi mente historias inconclusas. Heridas abiertas por emociones truncas. Desazones forjadas por ídolos de barro. Brasas reavivadas por antiguos resquemores. Llegar a cierta edad sin arrepentimientos es casi un imposible, dicen. Mientras haya deseos de cosas posibles no hay lugar para la rendición, digo. Y yo quiero recuperar el brillo que alguien ha robado de mis ojos. Y quiero remendar con ilusiones nuevas los agujeros por donde se me escapa el alma. Y quiero que mi sonrisa sea un boceto espontáneo. Y quiero querer para poder olvidar.

martes, 9 de octubre de 2018

Un mundo más allá de las fronteras


Siempre supieron que estaba mal lo que hacían, pero se sentían tan bien haciéndolo que no dejaban rincón para el reproche ni resquicio para la duda. Se sabían los inventores de ese mundo único, sólo habitado por ellos, sólo disfrutado por ellos, sólo conocido por ellos. Ese mundo que, curiosamente, los aislaba de los demás. Ese mundo tan particular que se desintegraba cuando se separaban y se reinventaba, resurgía con el ímpetu y la fortaleza del fénix, al mínimo contacto entre los dos para volver a hacerlos uno sólo. Únicamente al tiempo con su absoluta falta de consideración y sensibilidad se le pudo haber ocurrido separarlos aunque, quién sabe, tal vez haya ciertos mundos que logren resurgir mas allá de las fronteras.

jueves, 4 de octubre de 2018

Inventando vacíos


Y sí, te olvidas del mundo, de lo que pueda estar sucediendo al otro lado de la puerta, de lo corrosivo de las penas, de la magnitud de las obligaciones, y hasta te olvidarías de la parca si anduviera rondando. La mente descansa. Vives instantes únicos en los que curiosamente no piensas en nada. Te ofreces y te dejas llevar sin poner reparos ni condiciones; egos fuera. Experimentas sensaciones fantásticas y disfrutas de los placeres de Eros sin dar opción a culpas. El tiempo deja a un lado su embrujo y no genera efecto alguno en nada que nos concierna como si dejara de ejercer supremacía, pasmado ante semejante coincidencia, impávido ante el encastre perfecto de tu cóncavo y mi convexo. Nosotros, nosotros tan sólo aprovechamos al máximo el descuido del tiempo hasta que reaccione y reinicie su insulso fluir para volver a involucrarnos con la habitualidad.

sábado, 29 de septiembre de 2018

El encanto de tus ojos negros

Ella no contaba con algún rasgo fisonómico o físico notable que incitara a guardarla como algo preciado en las celdas alcanzables del recuerdo, si fuera por eso habría pasado de manera inmediata a engordar las enormes ballenas que vagan por los mares del olvido como un descarte más de la obviedad habitual. Pero, había un no sé qué presente en ella que atraía, una distinción palpable y hasta quizás extraña, no preocupante aunque sí embriagadora, que emanaba a través de sus ojos negros. Una especie de magia que, por más que a veces he intentado descubrirla, nunca me animé a hacerlo por el simple temor de romperla. Porque sé que cuando la magia se destruye, junta sus pedazos y se transforma en desilusión, y a las desilusiones inevitablemente se las devoran las telarañas del olvido. Por eso te recuerdo, por esa magia que aún está intacta en tu ojos negros.

Retracción


Como Amaia, quería escribirte la canción más bonita del mundo. Es que había olvidado por un momento que ese deseo no formaba parte de mis posibilidades de concreción, que más bien era casi un imposible. No me malinterpretes, no es que no te la merezcas. Es que quien tiene la mente tan profusa, el espíritu tan inestable y el pensar tan versátil jamás podría dedicarle la canción más bonita del mundo a alguien si no es por engaño. Seguramente escribiría algo muy bonito que a vuestros oídos sonara a música de arcángeles aunque, sin dudas, tendría una trastienda de mentira; y eso es algo que no me voy a permitir hacer ante una imagen tan inmaculada, tan noble y tan inocente como la de usted.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Previsible vaivén


La tempestad y la calma
La plenitud y el desasosiego
La inspiración y el desinterés
El rechazo esperado y el deseo concedido
Tus luces que opacan y mis sombras envolventes
Tu vorágine que arrastra y mis silencios que exasperan
Tu sed de locuras y mi centrada abstinencia
Tu andar seguro y mi errática incertidumbre
Tu espíritu nómada y mi fatal sedentarismo
Tu cóncavo rebosante y mi convexo desierto
Todo va y viene y no para de alternar en esta maliciosa oscilación en la que vivimos inmersos por propia voluntad. Lo triste es que ya nada nos logra generar esa auténtica sorpresa que subconscientemente estamos esperando.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Deseos imposibles


Quiero que mi mente deje por un momento de pensar. Quiero que la gran rueda se olvide cada tanto de girar. Quiero colocar en los relojes marcapasos obsoletos. Quiero que la hipocresía sea una enfermedad mortal. Quiero sentir otra vez tus latidos desenfrenados en mí. Quiero volver a morir perdido en ti, mujer homicida de mis jornadas ingratas. 

Maldito Baudelaire


Hoy me he emborrachado con vino del bueno, queridos lectores, con la intención de que obre en mí el milagro que de otra manera no he logrado que se produzca.
Me he empachado, además, de poesía, estimados míos, con el deseo de que eso me transporte a ese estado necesario de volatilidad que impulsa a dar el paso primordial hacia la deseada manzana de la tentación.
De virtud rebosante estoy aunque, ¿quién de ustedes podría garantizarme que hay suficiente en mí como para que al final se me reditúe con aquello por lo que incansablemente he bregado? Cosa que no es otra que lograr que tan espléndida señora me brinde su atención. Tan sólo eso necesito, pues una vez que ella me preste su interés les aseguro, mis queridos, que haré lo imposible para que ya no desee librarse jamás de este fiel servidor, y si eso no ocurriera pues entonces pondré mi alma en manos del diablo.
No sabría precisar si es a causa del vino, de la poesía o no sé qué, pero un espejo refleja mi imagen con una sonrisa diabólica. En mi falda descansa, abrazada a mí, una despampanante señorita vestida totalmente de rojo con un par de cuernos en la frente y una larga cola que parte del principio de sus nalgas para terminar por enroscarse en mi cuello.
(“Embriagaos siempre, de vino, de poesía o de virtud, pero embriagaos siempre” Baudelaire)

martes, 11 de septiembre de 2018

Prioridades


Un niño llora en algún lugar reclamando atención. Dos gatos alternan sus maullidos disputándose tal vez la supremacía en los favores a una gata en celo. Un gorrión, quizás sorprendido en su vuelta a casa por el rápido anochecer, se ha refugiado debajo del bonete que cubre una chimenea. Un búho desde su vista panorámica habitual sucede su clásico desorbitar entre el llanto del niño, el ostentar de los felinos y el desplazar silencioso de la gata de la discordia que aprovecha la distracción de los machos para salir a cazar.  Es posible que el gorrión no tenga un nuevo amanecer y la gata se vaya a dormir con la panza llena, relamiéndose, y olvidándose de cuestiones menos importantes.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Rumores


Hilo elegantes argucias con las brisas de murmullos que llegan hasta mí. Con las ráfagas de injurias tejo colchas que me servirán de abrigo en inviernos sibilantes. Invento molinos que producen vitales argumentos con la diversidad de los vientos arremolinados sin sentido que pretenden afectarme. Todo lo asumo y todo lo transformo. Aprovecho lo útil. Rescato lo bueno. Descarto nimiedades. Construyo mi blindaje ante posibles verdaderas tempestades.

Intríngulis


Por supuesto que no es fácil comprenderte. Nunca lo ha sido. Contigo son imposibles en potencia: el entender cómo piensas, el saber cuáles son los mecanismos que ponen en movimiento tus engranajes sentimentales, el descifrar de las más secretas claves de ingreso a tu intimidad. El desentrañar tu manera de actuar sería como poder leerle las cartas al mismísimo destino, y eso es algo que jamás haría aunque se tratara de algo tan sencillo como dar vuelta la página a determinado libro. He aquí el quid de la cuestión: ¿A quién le podría interesar el aburrido transcurrir inmerso entre las garras adormecedoras y ociosas del sedentarismo de las certezas?

domingo, 2 de septiembre de 2018

Detalles


Te ha hecho traer el desayuno a la cama. Ha sembrado con pétalos de rosas el lecho que guardará por siempre los secretos del sexo consumado. Se ha encargado de decirle al conserje que te despierte a la hora señalada. E incluso te ha obsequiado esa elegante camisa blanca que tan bien le sienta a tu cuerpo desnudo. El único detalle que ha dejado de tener en cuenta es el de indicarte cómo es que puedes volver a encontrarlo.

lunes, 27 de agosto de 2018

Idea fija

Las suaves curvas que se suceden en el camino me recuerdan a las acogedoras sinuosidades de tu cuerpo.
Las leves subidas y los tenues declives representan con exactitud la armonía de tus senos.
Un misterioso y oscuro precipicio me atrae tanto como la hendidura de tu sexo. Estoy perdido, en él me hundo.



Mujer dos por cuatro


Posees la sensualidad melodramática del tango. Esa pasión escondida que transita por los subterfugios del doble interpretar. Ese desplazar sigiloso en puntitas de pie que no obstante va dejando pisadas de fuego por donde caminas. Esa insinuación, que nunca deja de ser solo eso, de dejarte dominar por el hombre cuando en realidad tienes todo bajo control. Ese papel de mujer fría que en vez de generar rechazo, atrae, emboba y  engancha en un santiamén como lo hace tu pierna con la de tu ocasional pareja. Mujer fatal. Mujer fetiche. Mujer dos por cuatro.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Una pizca de calor


La enésima helada no tuvo consideración alguna con los escasos verdes y los extensos marrones que presentan los campos en este crudo invierno, los cubrió íntegramente con su blanco manto inmaculado, manto que curiosamente a nada abriga y a todo lo torna gélido.
El sol abrió apenas los ojos, pero al ver el desamparo reinante decidió no participar de tal despropósito, se cubrió de pies a cabeza con la gruesa manta de los días plomizos. Seguramente dormirá hasta tarde o, quién sabe, tal vez ni siquiera se levantará hoy.
Las ramas desnudas y oscuras de los árboles permanecen impertérritas, valientes ante la intemperie o, quizás, temerosas de hacer algún movimiento ingenuo que enfurezca al fantasma de los vientos o desate la ira de las tempestades y estos terminen por venir a azotarlas. Tan sólo ofician de toboganes para que se deslicen las gotas producto de la helada que la tenue alza de la temperatura diurna ha logrado derretir.
Como oponiéndose a ese cuadro desolador, una paloma empolla su único huevo en un poco menos que patético nido hecho con una docena de pajas cruzadas ubicado en la horqueta que forman un par de ramas. Y allí está, expuesta a todo aunque con la convicción absoluta que le da el ciclo de la naturaleza, como una muestra latente de calor entre tanto frío.

martes, 14 de agosto de 2018

Ser y no ser

Quisiera ser ese intrépido que en la impronta de los pensamientos y en la valentía de los sueños indefectiblemente termina por ir a tu encuentro. Ese que te busca hasta que te encuentra, y cuando está frente a ti, concreta. Y no ser el ente pusilánime que espera el guiño improbable de un lánguido destino, que al fin tome la decisión de traerte a mí sólo porque él lo ha determinado. En tanto, en esa indecisión entre ser y no ser, la vida se escurre en horas insulsas y letargos interminables.

Torbellino


Existe por cada uno de nosotros esa persona especial que tiene la virtud de darnos vuelta la cabeza, de socavarnos los cimientos y hacer tambalear nuestra estructura sentimental por más bien arraigada que esté. Esa persona por quien transgredir las reglas o traspasar los límites se puede tornar moneda corriente, ese torbellino que nos mueve a su antojo y que logra que hagamos cosas que por nadie más haríamos bajo ninguna circunstancia. Ocurre que la mayoría no ha tenido la suerte —o desgracia— de haberla encontrado.

viernes, 3 de agosto de 2018

La magia en tus ojos


En esta vida dominada por claros y oscuros
Solía ver todo en tonalidades de grises
No entendía cómo en ese contexto adverso,
cómo era que algunos se sentían felices

Moría en la intrascendencia de los días sin fin
Vagaba perdido en la incertidumbre sin luz
Bastó que tus ojitos tristes se fijaran en mí
Para que todas mis razones de ser, fueran tú

Solía pregonar en mi andar por el mundo
Que romper las reglas por pasión era locura
Tantas propuestas rechazadas con no rotundo
Y ahora entre falencias reincide mi cordura

Moría en la intrascendencia de los días sin fin
Vagaba perdido en la incertidumbre sin luz
Bastó que tus ojitos tristes se fijaran en mí
Para que todas mis razones de ser, fueran tú

Pinté con colores el amplio universo de mis grises
Disimulé oscuridades y puse sombras a la diafanidad
Para que al fin brillaran por mí tus ojitos tristes



viernes, 27 de julio de 2018

La fortaleza del espíritu

Las crueles aristas del olvido laceran la integridad de la esencia, endurecen las cicatrices de la piel y se incrustan sin contemplaciones en la sensibilidad del alma. Y allí instaladas, punzan, duelen y oprimen, agrandando a diario los vacíos dejados por la ausencia, crean huecos existenciales casi imposibles de soportar que pareciera que nos quisieran extraer la escasa vitalidad que nos queda. Pero, es tan notable, tan maravillosa la capacidad de regeneración del espíritu que bastará con que una mínima partícula virgen de tal inmaterialidad sea tocada por las voces de lo ilusorio para que automáticamente volvamos a creer. Entonces la esencia retornará a su integridad, ya no dolerá tanto la ausencia, las cicatrices comenzarán a suavizarse, y los vacíos, los vacíos poco a poco irán perdiendo espacio ante el renacer.

Contigo a cuestas


Llevo marcado en cada centímetro de mi piel el rastro indeleble de tus besos húmedos. Llevo estampada en mis retinas la desnudez apoteótica de tu cuerpo sumido en la lujuria de los deseos concebidos. Llevo grabados en mis oídos tus gemidos ahogados en placeres harto pretendidos al fin saciados. Llevo impresas en el alma tu dulce mirada de ojitos chispeantes y el dibujo perfecto de tu sonrisa agradecida. Pero, lo maravilloso deja de ser tal cuando la realidad te obliga a abrir los ojos. Llevo a cuestas lo efímero del tiempo compartido a sabiendas de que ya no habrá nada igual. Podría olvidarte, pero eso jamás será una opción. 

domingo, 22 de julio de 2018

Epílogo


Voy camino hacia la nada misma. Marcho con la vista al frente mirando lejos, aunque con los rabillos siempre atentos. A veces me distraen árboles de troncos torcidos y ramas deformes, me recuerdan a cierta gente que he encontrado más atrás. Otras veces atraen mi vista molinos de cabezas gachas que ya no encontrarán más su viento y observo la misma resignación de mucha gente que otrora creía en el impulso de las ilusiones. Y demasiadas veces las laderas me muestran terrenos rasos, rocosos, nevados o matosos, y arenales también, improductivos, sin alternancias, que reflejan la intrascendencia de la mayoría. Lo bueno de los recuerdos es que reeditan los errores, las decepciones, los dolores, las pasiones, y hasta suelen reprocharnos el tiempo que perdimos en cada duelo; son el alimento necesario para la distracción en el camino hacia el centro del arcoíris sin fin.

miércoles, 18 de julio de 2018

El destierro de lo divino


Todos llevamos dentro algo de perverso. La perfección, se ha pregonado desde siempre, no admite rasgos de perversidad.
Ahora, así como a la perfección se le asigna potestad divina, a la perversidad se la define como defecto inherente al humano. La actitud perversa propia del hombre es una de las partes importantes —sino la más— de esa degradación de lo perfecto. Según las sagradas escrituras: …el hombre fue creado a imagen y semejanza… O sea, parecido, asemejado; nunca igual. Entonces, por más que a veces nos creamos inmaculados, intachables, honorables y definitivamente honestos o rectos, y andemos por la vida en puntas de pie y arrugando la nariz tratando de que las miserias no nos contagien, de que ciertas actitudes consideradas inmorales no jueguen a la mancha con nosotros, el pensamiento perverso siempre estará porque es parte nuestra. La única razón que explica el que como hombres habitemos este mundo imperfecto es que nacimos como, y somos parte, de una degeneración de lo divino, de una degradación de lo ideal.
¿No hay acaso en la búsqueda de la verdad una mentira que se busca desterrar? Sin mentira no hay verdad. ¿No es esto al fin y al cabo una perversidad?

martes, 10 de julio de 2018

Alientos fríos


Si existe una característica que marca a fuego nuestro tiempo esta es la distancia.
Aunque contrario a lo que se pueda pensar la distancia entre lugares es la que menos aleja. Hoy a través del teléfono, el chat, o las diversas redes sociales se puede estar mano a mano, dialogar, visualizarse, escucharse, establecer conexiones fabulosas, formar vínculos sinceros entre una persona y otra.
El problema está en el cara a cara, en esa distancia que no existe pero es tácitamente remota, en la ausencia de calor, en la carencia de sentires mutuos, en la falta de diálogo entre dos personas que pueden tocarse, sentir sus alientos pero que evitan mirarse a los ojos porque no saben qué decirse.

El mundo al revés


Las ilusiones nacen, dan vida a través de sus latidos, luego lentamente van perdiendo color hasta difuminarse. Renacen con otra imagen, permanecen y desaparecen. Ese es su proceso, difícilmente se realizan.
En el transcurrir de la vida y en ese deseo implícito de encontrar nuestra finalidad, existe una contradicción bien marcada: a medida que se avanza en edad se gana en experiencia, en manías, en suspicacias, en vivezas, en atrevimientos, a la vez que se pierde en inocencia. Ahora, ¿no es acaso ese estado de inocencia que hemos vivido el que identificamos como más cercano a la felicidad y que tantos recuerdos gratos nos trae?
La preocupación de nuestros días está puesta en la búsqueda de la felicidad aunque no en tratar de ser felices durante su búsqueda.
Todo parece ser una ironía que deja de ser ironía y es realidad cuando nos ha pasado por encima el pesado tren de la vida y ya no hay vuelta atrás.

jueves, 28 de junio de 2018

Cómplices


Sé que respiras entrecortado a través de las heridas de tu alma, y que tu corazón ya no admite más remiendos. Sé que siempre te querré por más que tu mundo no sea mi mundo y entre ellos haya otro mundo, y esa distancia fuera imposible de sortear. Pero también sé de algunas utopías alcanzadas y de una buena cantidad de trofeos en perseverancia. No prometo que te bajaré la luna, pues de promesas incumplidas está repleta la gran rueda universal. Sólo te rogaré que no desistas. Es que la providencia, con sus caprichos, me ha hecho saber que necesita de cómplices para llevar a cabo sus argucias.

martes, 12 de junio de 2018

Interrogante


Nunca tuve la más mínima idea sobre qué es lo que busco aunque jamás he abandonado la búsqueda, sólo he tomado ciertos recaudos.
No tengo ni siquiera indicios acerca de hacia dónde me llevará este camino pues lo seguiré andando a pesar de las distracciones que se presentan con el implícito deseo de desviarme o tergiversar mis motivos.
¿Acaso no se trata de eso la vida, de seguir un camino sin final conocido, de buscar ese no sé qué que algunos llaman plenitud, de alcanzar esa incierta ilusión que siempre está por llegar, y en ese viaje experimentar la diversidad de sensaciones que nos producen cosas, sucesos o personas que captan nuestra atención, que nos sorprenden y alimentan para bien o para mal nuestras emociones?  

martes, 5 de junio de 2018

Resabios de ti

Ya no más estallidos ni disloques o sorpresas, sólo parsimonia y estabilidad.
No más galopes frenéticos o desenfrenados, sólo el suave e insulso trotar sobre caminos de algodones.
No más ilusiones descarriadas, distantes, utópicas, sólo la seguridad de objetivos al alcance de la mano.
No más ansias por recorrer laberintos furtivos o curvas peligrosas, por descubrir tesoros escondidos o paraísos vírgenes, sólo los harto conocidos vericuetos de siempre que transito con los ojos cerrados y los deseos casi ausentes. 
No más sentimientos encontrados, sólo el recuerdo con lo inoportuno de su presencia que me trae a diario cosas de ti.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Fiel cancerbero

Velaré tus sueños para que nadie los perturbe.
Cuidaré tus tesoros y los multiplicaré.
Atenuaré tus sobresaltos y los transformaré en ilusiones.
Destrozaré tus miedos, jamás te harán lo que a mí.
Abrigaré tus fríos cual dragón de las nieves.
Disimularé los ruidos y te acompañaré en los silencios.
Abriré el manto de tus neblinas con rayos multicolores.
Despejaré tus dudas y plantaré una infinidad de certezas.
Y cuando ya no necesites de mí volaré lejos, aunque no tanto más allá de dónde pueda escuchar tu llamado en invocación de mi presencia.

martes, 15 de mayo de 2018

Solitario

He aprendido a andar solo, virtud que tarde o temprano deberé aplicar. Es que, al fin y al cabo, es así como venimos y como nos vamos. He buscado con suma insistencia y mirada versátil el alma que trate de comprender mi manera de ser, que no se adelante a mis intenciones ni retrase su proceder por mí, la que se pueda elevar sin esfuerzo junto a mí y se deje caer conmigo sin temores, la que fluctúe con mis fluctuaciones, la que camine a mi lado, o dentro de mí si es su deseo, pues el mío siempre será acompañarla o acogerla.
Me está llevando tanto tiempo la búsqueda, que en esa infructuosidad suele invadirme cierto temor, como que me han sobrepasado las dudas acerca de no saber qué hacer si al fin la encuentro.
Una voz pastosa, calma y muy segura, que parece emanar desde lo más profundo de mi ser, me susurra al oído: tan sólo confía y déjate llevar.

Debo admiración:

A la creencia de los inocentes
A la versatilidad de las mujeres
Al ímpetu de la juventud
A la tolerancia de las madres
A la determinación de los idealistas
A la perseverancia del creyente
A la parsimonia del mendigo
A la convicción del solitario
A la paciencia de los carenciados
A la entereza de los jubilados
A la resignación de los clérigos 
A la voluntad de los laburantes

martes, 8 de mayo de 2018

Desatino


He cometido un error que me ha pasado factura desde el mismo momento de su ocurrencia, y por el cual deberé pagar tributo el resto de mi vida; me he enamorado de usted, es mi deber reconocerlo. En mi defensa podría alegar que esa jamás fue mi intención, que ocurrió como ocurre un imprevisto, sin aviso previo, sin programación, sin que pueda yo percibirlo o esperarlo de alguna manera. Es que esos ojos, esos labios, esa voz, el insinuar de su cuerpo, la elocuencia de su mirada, el ingenio de su parafrasear, todo ese conglomerado de virtudes y bellezas ha terminado por llenar cada resquicio del ideal de mujer que sin saber tenía yo grabado en algún rincón de mi ser. El único problema es que… que usted sólo existe en mis sueños.

miércoles, 25 de abril de 2018

Mitomanía

Eres la arpía en mis desencantos y Leda en mis sueños tórridos en los que no importa la manera aunque sí la finalidad de poseerte. A diario insistes en impulsarme a ser el íncubo que ansíe succionar las energías desde las profundidades de tu ser. Te hago caso pero, en ese avance dotado con la animosidad de una valquiria, suele surgir un imponente arconte con su inquebrantable propósito de encarrilar mis pasos. Como en confabulación contigo y tu juego, logra que desaparezcas cual Cleopatra, dejando estelas de tu embriagador perfume que me informan de lo bueno de la contienda que me he perdido. No importa en demasía, mi virtud es la reincidencia y mi defecto el obviado de los carriles habituales, los que transita el común de los mortales.

lunes, 23 de abril de 2018

Coincidencia

Como la distancia albergaba misterios de él, disfrazaba pasiones de ella, y dejaba sin efecto cualquier posibilidad de encuentro, la virtualidad había impuesto la desfachatez de sus reglas. Una serie de ingeniosas consignas iban y venían en el intento de darle color a la laxitud rutinaria de los días de ambos. La consigna que le había dejado él la noche anterior para ese día era que buscara, cuando viajara hacia el trabajo en el colectivo de las 6.45, al hombre que se pareciera lo más posible a la imagen que ella se había formado de él y que tratara de generar algún tipo de conversación o contacto.
Ella despertó con el pecho palpitante, y convencida de que a quién encontraría en un rato era a su interlocutor de todos los días. Se arregló como nunca, y quince minutos antes del horario ya estaba en la parada del colectivo, tal la ansiedad. Al subir tropezó un par de veces por mirar a su alrededor tratando de encontrarlo. No, no estaba. Extrañamente para esa hora había un par de lugares sin ocupar. Tomó asiento del lado del pasillo, cabizbaja, y pensando en lo idiota que había sido por creer concreta una posibilidad que era sencillamente inadmisible. Y por pensar en lo que pensaba no reparó en que el ómnibus se había detenido en otra de las tantas paradas. Levantó la vista y, a la vez que su cara dibujaba una mueca estúpida, su corazón pareció detenerse por unos segundos. Morocho, alto, camisa blanca, pantalón de vestir, elegante, impecable, tal como se lo había imaginado. Y esa mirada pícara, divertida, fija en los ojos de ella. Era él, no cabía duda. Reaccionó y se corrió hacia la ventanilla para que él se sentara a su lado. Ella lo miró embelesada sin atinar a pronunciar palabra. Él continuaba mirándola. Ella se inclinó hacia él y pegó su boca a la del hombre. Él aparentó sorprenderse aunque no tardó en responder construyendo un beso que pareció haber sido esperado por largo tiempo.
Casi no dijeron palabra en la media hora que duró el trayecto, aunque dentro de lo poco pronunciado quedaron de encontrarse a la noche.
Las horas del día nunca le fueron tan largas, aunque al fin, como todo en la vida, pasaron.
Como si tuvieran todo el tiempo del mundo caminaron por la costanera, sin apuro, disfrutando de la compañía, de la proximidad y del silencio, que ni siquiera ellos se atrevieron a romper, tal la magia.
La tenue luz de las velas y la música suave dieron los matices necesarios a una cena íntima, plagada de miradas cómplices y deseos de concreción de placeres latentes ya murmurados con anterioridad a través de la distancia. Hicieron el amor hasta altas horas de la madrugada, hasta que ella con la más auténtica de las sonrisas pintada en su rostro se durmió.
Cuando despertó, ese soleado sábado de abril, él ya no estaba. Buscó una nota con algún teléfono o dirección, o alguna pista que le indicara cómo seguiría el asunto, pero no la encontró.
Al rato, y ya saliendo un tanto del arrobamiento que le había producido la realidad de haberse encontrado con el hombre que ocupaba su pensar tras tanto mensaje intercambiado a través del puente de la virtualidad, recordó que no había mirado el chat desde el mismo jueves a la noche. Se encontró con más de una docena de reclamos por su presencia, que le preguntaban cómo le había ido con el cumplimiento de la última consigna; y con otra tanta cantidad de consultas acerca de si le había ocurrido algo que hacía un par de días que no contestaba los mensajes.
Un escalofrío corrió por su columna vertebral mientras el celular se deslizaba de sus manos y se hacía añicos contra el suelo.

jueves, 5 de abril de 2018

Confesión


Me gustan las mujeres que me rompen los esquemas, que me sacan de la linealidad, que me sorprenden con inquisiciones, que me asombran con sus curiosidades, que me impresionan con sus salidas. Me atraen las damas perceptivas que tienen la habilidad de atrapar mis pensamientos impúdicos en la mismísima puerta del horno en el que se acaban de sazonar, y los terminan por saborear conmigo.

Incitación ha lugar


¿Y qué si el verdugo, ese tirano maldito que obliga a trascender las fronteras de la oscuridad, opta por venir a buscarme en lo más profundo de la noche que se avecina?
No. De ninguna manera desestimaré, estimada señora, vuestra intención de querer disfrutar de tan gratos placeres. Proceda usted nomás a aliviar lentamente mis más oscuros deseos saciando a la vez los propios si es eso posible. Extíngalos. Haga que todos sean por un momento fantástica realidad, y que más tarde pasen a alimentar el pasado con gratísimos recuerdos que puedan ser invocados una y otra vez cuando nuestros egos soliciten ese impulso necesario para levantar el orgullo.

jueves, 22 de marzo de 2018

Adiós


Cientos de frases significativas y altisonantes, registraciones de alto valor específico, combinaciones ingeniosas de palabras nunca antes entrelazadas, aseveraciones superlativas que despejan toda duda, verdades universales que aún tienen aplicabilidad. Todo ese cúmulo mezcla de sabiduría y experiencia será automáticamente dilapidado sin prejuicios, pasará por los dominios de la inadvertencia, y caerá en sacos sin fondos para desperdigarse por el amplio espectro del olvido. Pues no hay hombre, aunque sea el más avezado de los oradores, que no se quede sin palabras al dejar atrás el lugar que siempre creyó su lugar.

Ojitos tristes


Reverdecidos destellos de primaveras lejanas invaden mi esencia y logran sumergir en el olvido la laxa quietud de los días otoñales que transito. La misma carita angelical que fuera ilusión y deseo en aquellos días. El mismo rostro de muñeca de porcelana que era realidad en esos sueños lejanos de no querer despertar. Esa incomparable sonrisa de mejillas marcadas que embobó tantas veces mi presencia reincide ahora en mis fantasías despiertas. Si no fuera por el brillo de sus ojos que antes me deslumbraban y ahora me reflejan diría que no ha pasado el tiempo.

martes, 13 de marzo de 2018

En ruinas

Ya quisiera yo volver a pintar ese brillo en tus ojos que alguna vez supe pintar. Daría lo que fuera por recrear el bosquejo de esa sonrisa encantadora que alguna vez tuviste y plasmarla en tu rostro para siempre. Moriría por volver a pulir con caricias las curvas de tu cuerpo,  impregnándolas con el aceite de la eterna lozanía.  Me encantaría reavivar el imán que al intuir la cercanía de tu piel ponía a ciento ochenta mis latidos.
Reincidir en ti sería fantástico, pero es imposible reinventar obras de arte destruidas.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Dechado de virtudes

Por la voluntad inquebrantable que es potestad de ellas para brindar todo lo que tienen y un poco más.
Por el virtuosismo de saber reconocer siempre cuándo es el momento adecuado para lo que sea.
Por la capacidad de escuchar, aún cuando conocen con lujo de detalles lo que se les va a decir.
Por el sosiego revitalizador que saben impregnar a las situaciones en tiempos en los que reina la vorágine del ímpetu o la ansiedad.
Por la confianza que transmiten que nos impulsa a cerrar los ojos sin temor alguno a lo que sea que pueda ocurrir.
Por las dosis de ánimos renovados que nos inyectan luego de tantas jornadas infructuosas o agotadoras.
Por el precepto implícito en sus actuares que nos invita a que las sigamos por los caminos de la vida que van abriendo.
Por la embriagadora sensualidad que solo ellas logran expresar con naturalidad para nuestra perdición.
Por los susurros al oído que suelen despertarnos lejanos recuerdos de arrullos y pechos cálidos.
Por todo eso, y por todos los demás atributos que olvido citar por el simple hecho de ser hombre, ¡salud mujeres! Son, sin duda alguna, la frutilla en el postre de la creación.