martes, 29 de noviembre de 2022

Musa de los sueños

Es que a veces es tanto el esfuerzo que hay que hacer para recibir unas migajas de recompensa, que a uno ya no le quedan ganas de subirse de nuevo al tren de la perseverancia. El regadío de sudor y lágrimas que he derramado por el derrotero de los merecimientos con el fin de lograr una distinción, jamás será bien amortizado por lo efímero de la sonrisa de la fama. Si no continúo llamando la atención con histerias y mentiras, unas horas después seré parte del olvido. Ahora, a pesar de todo eso, y a sabiendas de que mis intentos no suelen redituar ni mucho menos permanecer, por el encanto de tus historias, mujer de los sueños, empeño la vida y mucho más.