Me gusta sentarme en el suelo y tratar
de descifrar el misterioso conjuro que embarga a la noche y la luna.
Me gusta sentarme en el suelo y seguir los
titubeos de los brillos y las oscilaciones de las penumbras.
Me gusta sentarme en el suelo y llenar
el pecho con el aire sabor a hierbas de los crepúsculos.
Me gusta que te sientes a mi lado,
apoyes tu cabeza en mi pecho y juntos y en silencio miremos el inmenso alrededor
que nos embruja y nos aúna.
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