Vienen a mi mente historias inconclusas. Heridas
abiertas por emociones truncas. Desazones forjadas por ídolos de barro. Brasas
reavivadas por antiguos resquemores. Llegar a cierta edad sin arrepentimientos
es casi un imposible, dicen. Mientras haya deseos de cosas posibles no hay
lugar para la rendición, digo. Y yo quiero recuperar el brillo que alguien ha robado de mis ojos. Y quiero remendar con ilusiones nuevas los agujeros por donde se
me escapa el alma. Y quiero que mi sonrisa sea un boceto espontáneo. Y quiero querer
para poder olvidar.
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