lunes, 24 de septiembre de 2018

Previsible vaivén


La tempestad y la calma
La plenitud y el desasosiego
La inspiración y el desinterés
El rechazo esperado y el deseo concedido
Tus luces que opacan y mis sombras envolventes
Tu vorágine que arrastra y mis silencios que exasperan
Tu sed de locuras y mi centrada abstinencia
Tu andar seguro y mi errática incertidumbre
Tu espíritu nómada y mi fatal sedentarismo
Tu cóncavo rebosante y mi convexo desierto
Todo va y viene y no para de alternar en esta maliciosa oscilación en la que vivimos inmersos por propia voluntad. Lo triste es que ya nada nos logra generar esa auténtica sorpresa que subconscientemente estamos esperando.

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