miércoles, 30 de septiembre de 2015

Soy un adicto a ellas

Son irresistibles. Me es imposible no sucumbir ante su tentación. Me susurran al oído pidiéndome desesperadas que me ocupe de ellas. Suelen venir en tropel sin consideración ni permiso, y logran que haga con ellas cuanto se proponen. Algunas son sutiles y sólo sugieren. Otras son altaneras, muy osadas, y van al frente sin pudor; soy víctima de su injuria. Las hay tímidas, recatadas, y también mosquitas muertas. Me pasa a menudo que no puedo con todas las que se me echan encima, entonces opto por aquellas que mejor satisfacen mis particulares caprichos, desestimando, muy a mi pesar, a las demás; ya quisiera yo conformar a todas. A veces aparece alguna de esas excéntricas que aún no ha pasado por mis manos y como tal me seduce y tiene preponderancia por sobre el resto. En general atiendo a unas pocas, pero cuando se presta la ocasión armamos auténticas orgías con resultados asombrosos que nos dejan a todos satisfechos. Adoro sus redondeces, sus sinuosidades, sus siluetas ante el contraste. Son una adicción incontrolable que me llevará sonriente hasta el fin pues tengo la convicción de que en vida no me libraré de ellas. Tampoco lo deseo. Amo las palabras.

martes, 29 de septiembre de 2015

Zona franca

Sé que contigo no pago concesiones, no necesito permisos, ni rendiré cuentas. Sé que puedo llegar, instalarme y pasear por tu cuerpo como si fuera mi propiedad sin más limitación que las que demarcan tus curvas. Sé que no te opondrás a ello ni siquiera cuando tus emociones bajo mis influjos se disparen sin control; te conozco. Sé que en ti puedo plantar y arrancar, escribir o garabatear,  dibujar y pintar, contornear o apretar, invadir y desocupar, comer y volar. Sé que tu mirada y mis caprichos se confabulan cada vez para susurrarme que proceda. Sé que por más que nunca me haya ido siempre volveré.
Tú eres área liberada para mí y podré hacer contigo lo que desee porque sé que deseas que así lo haga.

A imagen y semejanza

Bajo el influjo arbitrario de mi parecer creo que tú eres quién más se acerca a la imagen que siempre busqué. Considerando esto como cierto y puesto que usted ha reconocido mi cercanía a su ideal, no observo inconveniente alguno en que acoplemos nuestros pareceres e intentemos transformarlos en una cabal certeza.


jueves, 24 de septiembre de 2015

Lágrimas caen

Llueve desconsoladamente, atrayendo abundantes penas y escasas glorias. Llueve como llueven las páginas rotas de aquel libro que nadie leyó, acompañadas por la desazón de su autor quien, con su alma estrujada entre las manos, las mira caer desde el borde del precipicio. Llueve como llueven las lágrimas impotentes de aquella niña que nunca entenderá el por qué. Llueve con descaro y soberbia. Llueve porque sí, porque tiene ganas y nada más.

martes, 22 de septiembre de 2015

Si me deja…

Concédame el privilegio de ocupar un rinconcito en sus sueños de sábanas impecables y elásticos mudos. Permítame entrar en los vastos dominios de su subconsciente y le prometo: que no me mofaré ante rareza alguna que pudiera encontrar, y que alimentaré sus fantasías por más inverosímiles que me parezcan. Allí no existen peros, ni pudores, ni recatos; tampoco barreras o tabúes que disfracen su ser auténtico. Iré al encuentro de esos sentires descontaminados de censura, de esas intenciones rebosantes de deseo y de todos sus pensares hambrientos de libertad. Como premio a su concesión podrá usted disponer de mi cuerpo y mi alma cada noche, y hacer lo que desee con ellos hasta que la sorprenda el despertar de cada nuevo día.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Percibo y avivo

Ahí vas. Miro y admiro tu desplazar de modelo en pasarela. Me rodea y regodea, subyugándome, el velo de la combinación ideal entre fragancia cítrica y esencia de piel que se desprende de tu cuerpo al andar. Huelo y cuelo tu olor rescatándolo de lo atenuador del perfume. Aspiro y respiro la pureza de tu aroma de mujer haciéndote parte de mí. Sientes y presientes la sutileza de mi presencia y sonríes haciéndome saber que lo sabes. Observo y conservo lo radiante de tu mirada viéndome a través de tus ojos. Vago y divago por tu mente en la impúdica pretensión de instalarme allí para siempre. Percibo y avivo tus sensaciones con el fin de que alimentes las mías.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Involución

Susurros de promesas borroneados por la furia del viento.
Gritos de auxilio que se pierden en los confines del silencio.
Besos lejanos a los que no les queda ni el sabor del recuerdo.
Caricias gélidas de manos carentes de sensibilidad.
Abrazos candentes que rodean muñecos de nieve.
Prometedores tesoros enterrados al pie de un arcoíris sin fin.
Vendedores de ilusiones que crecen y se multiplican.
Príncipes azules que no existen o destiñen.
Bestias humanas que no respetan ni la sangre de su sangre.
Cópulas de órganos fláccidos entre amantes virtuales.
Hombres de las cavernas vestidos de traje y corbata.
Mujeres que a toda costa pretenden ser hombres.
Pequeños que ya no quieren crecer ni ser grandes.
Gente que vive al borde del precipicio carente de voluntad.

Avances involutivos de una sociedad decrépita.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Dependiente

Te pienso.
Y si te pienso, te deseo.
Y si te pienso y te deseo, te extraño.
Y si te pienso y te deseo y te extraño, te necesito.
Y si te pienso y te deseo y te extraño y te necesito, eres todo para mí.
Y si eres todo para mí, soy nada sin ti.
Y si soy nada sin ti, no existo.
Y si no existo, tú tampoco.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Huellas al pasar

Quisiera grabar sobre tu cuerpo, una a una y con formas definidas de arabescos, todas las muchas sensaciones percibidas en el contacto lujurioso con tu piel, así cada vez que te desnudo me despacho y me sorprendo que todo ha sido absoluta realidad y no producto de un buen sueño concebido. 

Lacayo afortunado

Aunque mi premio por atenderte como una reina sigan siendo los mendrugos que desechas, continuaré brindándote las atenciones que te hacen ver como tal; pues siempre preferiré esa monarca dichosa a quién se le caen migajas, a una mujer despechada que podría terminar por descartarme a la par de un mísero mendrugo.

Alta improbabilidad

Que mi rareza por sí sola no llama la atención es indudable.
También lo es que la de usted no es propiedad de lo notable.
Lo que sí es digno de apreciar, es que habiendo tantos iguales —y tan pocos diferentes— en el mundo, nos hayamos terminado por encontrar.