viernes, 27 de julio de 2018

La fortaleza del espíritu

Las crueles aristas del olvido laceran la integridad de la esencia, endurecen las cicatrices de la piel y se incrustan sin contemplaciones en la sensibilidad del alma. Y allí instaladas, punzan, duelen y oprimen, agrandando a diario los vacíos dejados por la ausencia, crean huecos existenciales casi imposibles de soportar que pareciera que nos quisieran extraer la escasa vitalidad que nos queda. Pero, es tan notable, tan maravillosa la capacidad de regeneración del espíritu que bastará con que una mínima partícula virgen de tal inmaterialidad sea tocada por las voces de lo ilusorio para que automáticamente volvamos a creer. Entonces la esencia retornará a su integridad, ya no dolerá tanto la ausencia, las cicatrices comenzarán a suavizarse, y los vacíos, los vacíos poco a poco irán perdiendo espacio ante el renacer.

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