miércoles, 18 de diciembre de 2019

Disparador


Y te observo ahí, parada frente a mí, desnuda, estática, inofensiva, y entonces me doy cuenta de que ya no me resultas tan bella como cuando incentivabas mis sentidos con movimientos sensuales, o me susurrabas al oído frases inconcebibles, o confundida entre penumbras te quitabas la ropa lentamente, prenda a prenda, sugiriéndome la existencia de tesoros inmaculados más allá de la escasez de lo visual. Es posible que haya perdido la esencia animal del macho, esa que ante la vista de la hembra hace que automáticamente se ponga en guardia. Hoy necesito de protocolos fantasmas, de astutos preliminares, de osadías implícitas, de refinadas indecencias que hagan disparar mi adrenalina, y una vez embebido en tal elixir, pues abróchate el cinturón porque el viaje que transitaremos será una experiencia inolvidable.

martes, 29 de octubre de 2019

Reencuentro


La desidia había endurecido su corazón. La indiferencia apagado sus ilusiones. El descrédito obnubilado sus razones. Y todo eso hizo que la inercia lo transportara por la vida sin oposición alguna, sin rebeldías. Hasta que, tal vez por un acto reflejo o vaya uno a saber por qué extraña razón de las tantas que maneja la picardía del Universo, él, rompiendo la inevitabilidad habitual, levantó la vista como hacía mucho no lo hacía, y encontró los ojos de ella que lo miraban como si… como si ella hubiera sido afectada por la misma extraña razón. Y ella pintó una sonrisa que tuvo la virtud de deshacer en él cualquier cosa que haya sucedido antes, que desplazó la longevidad de ideas superfluas e implantó en su lugar otras repletas de esperanzas nuevas. A ella él le resultaba misteriosamente conocido, como si ya lo hubiera amado antes. Ella se ajustaba con perfección al ideal que él alguna vez tuvo. Y él le pidió la contraseña de apertura de sus labios y ella se la regaló. Y él hizo uso propicio de ellos, y saboreó la gloria una y mil veces, y la grabó a fuego en los propios para jamás olvidarla. Y él le obsequió la majestuosidad de sus versos por ser partícipe insustituible del resurgir de su alma.
Y lo demás, lo demás está de más, ya pueden ustedes adivinar como sigue la historia cuando dos almas afines tienen la enorme fortuna de reencontrarse.

martes, 24 de septiembre de 2019

Coincidencia


El sufría atragantándose con gritos desaforados que se confundían con el insoportable cuchicheo de las voces del silencio. No obstante, y debido tal vez a las confusas leyes que favorecen el discurrir por las intrincadas vías de la trascendencia, ese callar liberaba inequívocas señales de pedidos de auxilio. Ella percibía, casi sin proponérselo y por el único hecho de ser buena receptora, esas súplicas que contaminaban su pensar exento de altisonancias, aunque nunca supo quién las emitía, ni siquiera si eran por o para ella. Hasta que un día los murmullos se acallaron y por más que ella fue toda apertura ya no percibió ruego alguno. Ese día un visionario destino echó sus cartas. Ese día, sin saber ella que él era el emisor de las súplicas ni él que ella sería de ahí en más su salvaguardo, se conocieron.

Necesidad


Desde que no estás aquí, me siento inmerso en una llamativa calma, que se me antoja rara, que me consta no atraerá jamás una tormenta. Es una calma continua, inquebrantable, lasa, como… como cuando algo que tenía vida de pronto ha dejado de latir para no reincidir, sin aviso previo, sin proponérselo. Es como si fuera una eterna paz que no encontrara nunca su incomodidad. Es la calma de la sucesión de los recuerdos gratos, esa harto conocida intrascendencia de las cuestiones zanjadas. Es el aburrimiento mismo, y uno de aburrimiento hasta se puede morir casi sin darse cuenta. Necesito inseguridades. Necesito altisonancias. Necesito aconteceres inciertos. Necesito que estés aquí, que me des calor, que me hagas sentir frío, que me infundas valor, que liberes tu brío, que hagamos el amor, que me mantengas vivo.

martes, 17 de septiembre de 2019

Lo sé


Y sí, como sin querer, como quien no quiere la cosa, sin llamar la atención, sin rimbombancia alguna, entraste en el radio de acción de mi radar. Eras tan solo un puntito más entre una constelación de puntitos intrascendentes. Pero hubo un no sé qué que llamó mi atención. Tal vez un casi imperceptible brillo diferente que no pasó inadvertido ante mi particular descrédito por las cosas habituales. Y mi repentino estado de alerta, te alertó. Y ese pequeño brillo fue luz cegadora que se transformó en belleza transparente, en presencia etérea que hizo contacto supremo conmigo. Y ahí supe que era tarde para desestimar, que aquella intrascendencia era la calma que antecedía al huracán, y que ya estaba inmerso en el mismísimo ojo.
Y sé que ya nada será igual, que de ahora en más harás lo que desees con este servidor, y que no me disgusta para nada este estado.

martes, 10 de septiembre de 2019

Omnipresencia


Hay momentos en los que las circunstancias de la vida arrecian como llovizna de invierno, con la intrínseca promesa de derribar mi integridad.  Instantes que aprovechan al máximo los infortunios para machacar sin contemplación alguna sobre la escasa paciencia que me resta. Es justo entonces, en el preciso segundo en el que estoy por tirar la toalla o estallar en mil pedazos, cuando apareces tú, con esos ojos empapados de oasis, con ese andar de reina en sus aposentos, con esa paz de amanecer campestre, con esa sonrisa que sólo esbozabas para mí. Y con esa simple aparición, ya que nunca dejas de ser más que eso, haces que se mitiguen los alcances de toda influencia negativa y al mismo tiempo logras que rejuvenezca mi ánimo rumbo a un inevitable volver a empezar.

viernes, 2 de agosto de 2019

Perdón


Por meterte en la gran mochila de mis divagares
Por arrastrarte por la torcida vía de mis pasiones
Por incluirte en el radar de mis excentricidades
Por llevarte en andas por la utopía de mis ilusiones

Por borronear con caprichos tu sonrisa espléndida
Por dilapidar a propósito insuperables momentos
Por hacer que sientas perdida gran parte de la vida
Por arruinar el gran final del mejor de tus cuentos

Por no acompañarte en tiempos duros de necesidad
Por evadirme, por huir cuando era mi deber estar
Por no saber cómo conducirte hacia la felicidad
Por no encontrar la fórmula, por no saberte amar

Por no ser aquél ideal, por ser el fiasco que soy
Por tener que pedirte perdón. Perdón. Perdón

viernes, 26 de julio de 2019

Sé que no debo


He estado acordándome de ti
Y muy en el fondo sé que no debo
Esos imborrables momentos contigo
Me hacen saber que aún te quiero

Inestimables encuentros vividos
Que llenaron carencias del alma
Pequeños aconteceres tan vivos
Fundieron anocheceres con albas

Una noche irreal de controlada locura
Tu cuerpo y el mío, placer al desnudo
Bajo la osada mirada de la pícara luna
Abrazados los dos, al final fuimos uno

Fue aquella incomparable tarde de verano
Cuando, tras besarnos a la vera del arroyo
Que el susurro de tu voz musitó aquel te amo
Respaldado por el brillo auténtico de tus ojos

Fue una tarde gris como otra cualquiera
Que me preguntaste como al descuido
En tanto matizabas mi tiempo de espera
¿Qué harás contigo cuando me haya ido?

Es que sabía que se trataba de un sueño
Que tú eras mar bravío, insondable viento 
Que eras de nadie, que no tenías dueño
Que te ibas a ir sin importar lo que siento

He estado acordándome de ti
Y muy en el fondo sé que no debo
También sé que si no vuelves a mí
Sé con certeza que en breve muero

martes, 16 de julio de 2019

Arbitrariedad


Se relame el gato a la vista del apetitoso pájaro
Que se distrae en tontos cortejos a su bella hembra
Es muy posible que mañana cuando el sol venga
Planeen plumas sobre el funesto último páramo

Se relame la mísera hiena a la vista del festín
Aguarda con ansias los desperdicios del león
Las migajas del rey son el manjar del montón
Montón bien alimentado, jamás levantará motín

Se relame el mendigo al caminar frente al comedor
Al ver pasar tanta comida a través de los cristales
Y ahora, tendrá que ingeniárselas para explicarle
a su estómago, sobre otra noche de horrible sopor

Los grandes placeres están reservados para unos pocos
Lo saben los carentes, los humildes, los cortos, los locos
Más vale sobra en mano que grandes manjares en fotos

martes, 9 de julio de 2019

Agonía


Te imagino junto a la ventana
La cara seria, el cristal empañado,
El aliento tibio, la mirada lejana
La sonrisa ausente, el pensar errado

Vivo inmerso en tu cándido embrujo
Sé que me sientes, que bien me aprecias
Por eso voy a contarte si ningún tapujo
Las crudas verdades sobre tu ausencia

Al roce de las sábanas le falta el calor
Al caer de las hojas le sobra melancolía
Se le ha terminado el orgullo al valor
Y se han hecho infinitas las horas del día

Y me imaginas junto a la ventana
La cara seria, el cristal empañado,
El aliento tibio, la mirada lejana
La sonrisa ausente, el pensar errado

Y así andamos deambulando por la vida
Por propio tino, sumidos en eterna agonía
Sin posibilidad de encuentro, sin expectativa

martes, 16 de abril de 2019

Ansiedad


No. Por más que lo intentó no pudo esperar a estar sumida en la acogedora intimidad de su habitación para comenzar a leerlo. Tantos comentarios había escuchado acerca del proceder prohibido de la pareja protagonista de ese libro que una vez que lo tuvo en sus manos la ansiedad pudo más que los consabidos reparos que debía tener en base a guardar las apariencias. El tronco de un viejo fresno ubicado en un apenas discreto lugar de la plaza le hizo masajes en la espalda, las intermitentes sombras de sus ramas fueron contorneando la suavidad de sus curvas, la fresca brisa del otoño erizó los pelillos de su piel de durazno, mientras las hojas secas bailaban a su alrededor e intentaban hacerle cosquillas en las piernas. Ella nunca se enteró, pues ya estaba inmersa en la atrayente historia y al tiempo que entrecerraba los ojos, se aprestaba a sentir sobre su cuerpo desnudo las intensas caricias y los cálidos besos de aquel misterioso amante.

viernes, 5 de abril de 2019

Contradicciones


La vida es un cúmulo de mandatos, una sumatoria de imposiciones camufladas tras atractivas máscaras de sugerencias que, paradójicamente, ya no sorprenden. Todo ha sido dicho y todo hecho, por ende las formas para llegar a un fin conocido terminan por ser irrelevantes. La libertad mal entendida no consiste en otra cosa que en romper las reglas. Hoy no se sabe con exactitud qué es lo que se siente al estar bajo el influjo de la verdadera libertad, esa que, paradójicamente, sin influenciarte de alguna manera logra llevarte a hacer lo que íntimamente deseas.

Levedad


Y sí, tantas veces lo había soñado que al fin se lo terminó por creer. Creyó que ya había vivido todo lo que había que vivir. Creyó que había dado cumplimiento a las misiones que se le habían encomendado en el breve tránsito por el derrotero vital. Y así, convencida de que ya no quedaban pendientes por cumplir, tan sólo cerró los ojos y se echó a volar. Y por ahí anda: a veces, inquieta, visita ciertos confines ocultos que nadie ha osado conocer, y otras veces, sonriente, suele regresar a lugares conocidos en los que supo pasar buenos momentos. Ella vuela, y ya no dejará de volar, aunque se haya olvidado de llevar su cuerpo que reposa a ratos en una mecedora en el living, y a ratos en la cama matrimonial donde ya hace un tiempo se ha desocupado la otra mitad. Y, ¿quién sabe?, tal vez en alguno de sus vuelos se vuelvan a encontrar, y echen a volar juntos una vez más.

martes, 19 de marzo de 2019

Imperdonable


Te miraba obnubilado, con devoción he observado cada milímetro de ti a sabiendas de que estaba ante la gran obra maestra, escuchaba maravillado cada palabra escapada de la dulce celda de tus labios, recorrer tu cuerpo era un incomparable placer, disfrutaba de ti y contigo con la calma y la parsimonia de lo que se sabe propio. Llegué a percibir en ti ese elixir mágico y embriagador que solo emana de lo sublime. Pero, mientras más admiraba la perfección hecha carne en ti, más me convencía de que en el fondo escondías el mayor de los defectos, aquél que ensombrecería todas tus virtudes. Y como un digno representante más de la gran estupidez humana, dotado con ese auténtico vicio de los mortales que es la inconformidad, me he puesto a buscar tal deficiencia y creí habértela encontrado o, en definitiva, creo que terminé por inventarla. No conforme con ello, me he dedicado a sacar provecho de tal supuesto defecto para así ir tirando por la borda una a una, como quien desprende los pétalos de una rosa y los deja caer para que el viento se los lleve, todo el dechado de virtudes que hacían de ti la perfección hecha mujer.  Y así como he admirado en ti la belleza en fantástico esplendor,  he creado en mí al monstruo que se la ha ido devorando poco a poco sin el menor remordimiento.

Confabulación



La tentación ha hecho alarde de su ingenio y nos ha puesto cara a cara, cuerpo a cuerpo. Casi respirando el mismo aire, confundiendo tus deseos con mis ganas, construyendo ese universo paralelo, entrelazándome contigo y uniéndote a mí en formal conspiración, en auténtico complot. Antes de saborear el aroma de tu piel ya me supo a embriagador.  Y si lo previo fue tan bueno, la correspondencia hizo lo suyo y logró que el interludio sobresaliera y opacara lo anterior.
Puesto que mi hombría apenas hace sombra al acercarse al umbral entreabierto de tu cuerpo debo decir, por si alguien descubriera y acaso se le ocurra terminar con la conjura, que ya me siento plenamente satisfecho de este breve paso por lo excelso de tu mundo.