miércoles, 26 de abril de 2023

Quiero que sepas

Si un día de estos andas necesitada de un abrazo —pero no un abrazo de esos que puede dar cualquiera, sino de uno de esos que estrujan el cuerpo, que insuflan energías al espíritu, que reconfortan el alma—, quiero que sepas que tengo pendientes de entrega un par de docenas, que tan solo están esperando a que vengas a por ellos —o tal vez aguardando esa mínima señal que les indique que los estás necesitando para ir a tu encuentro—. Abrazos que con el transcurso de la vida he ido archivando por falta de merecimientos, aunque ahora sé con certeza que los he reservado para ti.  

lunes, 24 de abril de 2023

Nunca digas nunca

Ella dijo: yo no acepto más que blanco o negro.

Afirmación que llegó a oídos de la Providencia.

Y es harto conocido, no se trata de una ciencia,

que la Ventura en refutar todo pone su esmero.

 

Nunca afirmes que de esa agua jamás has de beber,

pues el Universo te mostrará su diversidad de grises.

Y, créeme, encontrarás tal atracción en los matices,

que de alguna manera acabarás por caer en la red.

 

Y cuando eso ocurra ya tendrás instaladas las dudas,

acerca de si son de verdad tan buenos los extremos.

Y con el insidioso transcurrir del tiempo, veremos,

la resistencia de esa coraza que tan altiva te escuda.


Bajo cien cerrojos


La vida se empeñó en hacérsela difícil,

pero ella no se queja, le pone el pecho.

Siempre obstinada en ir por derecho,

por más que la fortuna fuera disímil.

 

Cuando ella sonríe, sonríe el mundo.

El problema es que lo hace muy poco,

los agujeros del alma, el corazón roto,

ocultan la alegría en lo más profundo.

 

Se acostumbró a vivir en soledad.

Ya no espera atenciones de nadie.

Solo depende del calor que irradie,

su gran amor propio y la dignidad.

 

Harto convencida está de su situación.

Sin embargo, a veces siente nostalgia,

de viejos tiempos colmados de magia,

que la llevan a escurrir un lagrimón.

 

Si alguien se le acerca lo mira de reojo,

la han vuelto desconfiada los reveses.

Es que eso le ha ocurrido tantas veces,

que se ha guardado bajo cien cerrojos.

 

Y como no podía ser de otra manera,

dejó en manos del guardián del olvido,

las llaves de apertura de sus sentidos;

no sea que alguien a interesarse fuera.


Y si el vil recuerdo insiste en extrañar,

selecciona la mejor música y baila sola,

y se deja llevar, y gira y hace cabriolas,

total, nadie dirá que está loca de atar.


domingo, 16 de abril de 2023

Silencio


Ya tu ser no recibe el eco de mis latidos,

dejó de ser inversión el tiempo conmigo.

Ya no devuelves las paredes que te tiro,  

perdieron encanto las flechas de Cupido.


Fui un día aquel hombre que soñabas  

y al otro la última de tus prioridades. 

Fui al inicio medicina que te calmaba, 

al final el causante de todos tus males. 

 

Así como la nitidez aportó su brillo  

cuando el affaire era todo dulzura.  

Al llegar el abrupto final del idilio, 

nunca supe el motivo de la ruptura. 

 

Me ha quedado clavado en el balero, 

un puñado de imágenes, muy pocas, 

tatuadas allí a punta de cincel y fuego,

profusión de caricias, escasez de ropas.

 

Amén de un par de fotografías eróticas, 

de la fascinante desnudez de tu cuerpo,

fiel tributo a Venus, belleza apoteótica,

que mantendrán candente tu recuerdo,

hasta que el artero metejón se me pase.  

martes, 11 de abril de 2023

Ya no quiero


No, ya no quiero,
discutir por minucias,
chocar por idioteces.
No más actitudes sucias,
bajezas, que tantas veces,
del querer son intrusas
 
No, ya no quiero,
que me quiten el sueño,
las artimañas difusas,
las negativas, los empeños,
con razones tan obtusas,
de dos dedos de ceño.
 
No, ya no quiero,
que me coman la cabeza,
anhelos, deseos e ilusiones.
Es hora de sentarme a tu mesa,
de cantar contigo esas canciones,
en las que al final resultas ilesa.
 
No, ya no quiero,
ocultarte mis verdades,
así sea cruel su contenido.
Es hora de hacer las paces,
de poner en orden el nido,
de creer más en las bases.
 
No, ya no quiero,
más recelos de pendejos,
ni rencores sabor a hiel.
Nuestro querer es añejo,
siempre tuvimos buena piel,
y a eso yo nunca lo dejo.

Ocasión perdida


Con la precisión de un tirador,
y la seguridad del buen actor.
Con el innato sigilo del felino,
y la clandestinidad del desatino.
Ella espantó la calma de mi meditar,
con claras intenciones de alterar, 
los designios del destino.
 
Con total desfachatez apareció,
me miró fijo a los ojos y sonrió,
lentamente desestimó su bata,
y con sensualidad de bachata,
se dedicó a mover sus caderas,
como si la gracia a pagarse fuera,
con monedas de plata.
 
Y se escabulló después del acto,
dejándome atónito, estupefacto,
en vana intención de espabilar.
¿Cómo podría a tiempo reaccionar,
ante tal demostración de sutileza,
ostentada por semejante belleza
a los pies mismos de mi altar?
 
Reprimí las lágrimas por el lamento,
es que si hubiera estado más atento,
habría aprovechado la oportunidad.
Pareciera no estar exento de verdad,
eso de que el tren solo una vez pasa,
no me queda otra que seguir en casa,
en compañía de la soledad.