martes, 10 de julio de 2018

El mundo al revés


Las ilusiones nacen, dan vida a través de sus latidos, luego lentamente van perdiendo color hasta difuminarse. Renacen con otra imagen, permanecen y desaparecen. Ese es su proceso, difícilmente se realizan.
En el transcurrir de la vida y en ese deseo implícito de encontrar nuestra finalidad, existe una contradicción bien marcada: a medida que se avanza en edad se gana en experiencia, en manías, en suspicacias, en vivezas, en atrevimientos, a la vez que se pierde en inocencia. Ahora, ¿no es acaso ese estado de inocencia que hemos vivido el que identificamos como más cercano a la felicidad y que tantos recuerdos gratos nos trae?
La preocupación de nuestros días está puesta en la búsqueda de la felicidad aunque no en tratar de ser felices durante su búsqueda.
Todo parece ser una ironía que deja de ser ironía y es realidad cuando nos ha pasado por encima el pesado tren de la vida y ya no hay vuelta atrás.

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