miércoles, 11 de febrero de 2015

Indecisiones


Afuera está gris, encapotado, inestable desde hace varios días. Las nubes oscuras viajan pesadas y parsimoniosas como sombríos elefantes amaestrados; seguramente continuará lloviendo con la calma y la constancia con que lo ha hecho hasta ahora. Me caen bien los días grises y lluviosos, tal vez por ese algo de inspiradores con que cuentan, aunque ya deseo que el sol muestre la cara. Estoy sumergido en el silencio y la monotonía adormecedores del horario de la siesta en la oficina. El face no me trae una mísera novedad, el correo tampoco, no hay nadie interesante conectado con quien se pueda charlar despreocupadamente un rato y así despejar la modorra. Tengo abundante trabajo pero escasas ganas de hacerlo. Situación y ánimos recurrentes en los últimos tiempos. Pienso en una y mil cosas difusas a la vez y con nitidez en ninguna. No termino de redondear ideas, por ende no me genero expectativas ni rechazos, solo sumo dudas y conjeturas. Espero novedades que no se producen y aguardo conclusiones indeterminadas. Ansío un futuro mejor a la vez que desestimo buenos presentes basados en aceptables pasados. Me gustaría romper con el sistema y embriagarme con libertades y despropósitos, decidir por y para mí de una vez por todas sin tener que pensar en limitaciones ni atenuantes, pero permanezco ahogándome en la rutina diaria tal vez por el solo temor a que el cambio me seduzca demasiado. 

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