Ten cuidado hasta
dónde te acercas. No te involucres más de lo necesario. No cruces la delgada
línea. Sí, esa línea que tú apenas distingues pero que yo veo con absoluta
claridad; esa que separa la dependencia de la libertad. Después no me vengas
con que no te lo advertí. Hay algo de malvado, de indescifrable en mí; y por
ende mucho de atractivo. Poseo lo atrapante de lo misterioso y el magnetismo de
lo adictivo Y si sobrepasas esa borroneada frontera, aunque esto suceda sin que
te dieras cuenta, pues atente a las consecuencias porque te succionaré, te
absorberé, anularé tu voluntad y de ahí en más ya no serás nada si no es
conmigo.
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