Es que tienes ese no sé qué de las personas que me caen bien. Esa imprecisa pero a la vez evidente particularidad que, como si fuera algo prohibido, me atrae más que lo aconsejable. ¿Será tal vez tu sonrisa que me resulta encantadora? ¿Será quizás la dulce cadencia de tu voz que crea la atmósfera propicia donde solo hay química para dos? ¿O será ese enigma implícito en tu mirada que me lleva a presagiar inenarrables encuentros? No lo sé. Siento que soy ese insecto que en su vuelo despreocupado no se desvía un ápice del camino que lo lleva directo a la telaraña. La diferencia radica en que yo sé muy bien hacia donde voy y lo que me puede pasar. Aunque no pienso hacer nada para evitarlo.
Este es mi borrador virtual. Todos los textos son de mi exclusiva autoría. No siguen ninguna línea específica ni hilo conductor, ni siquiera una cronología. Publico compulsivamente cuando tengo ganas, y cuando no las tengo me pregunto por qué pierdo el tiempo en hacerlo. Soy así. Las imágenes fueron tomadas de Internet.
miércoles, 27 de diciembre de 2023
jueves, 14 de diciembre de 2023
Ilusión
Ella era una niña extremadamente caprichosa. No había nada en absoluto que le cayera bien, que la conformara. Por ende, se revolcaba a diario entre despropósitos, berrinches e inconformismos. Hasta que por casualidad vio a esa niña que la miraba fijo desde el otro lado del espejo. Y esa niña le hizo una morisqueta que la hizo sonreír. Y ella —la del espejo— también sonrió. Y su sonrisa le pareció tan hermosa que nunca dejaron de sonreír
lunes, 11 de diciembre de 2023
El virus de la pereza
El gran problema de nuestros días es que indefectiblemente nos aferramos a lo ligero, a lo accesible. Nos dejamos engañar por los placeres al alcance, por lo sencillo de obtener, por la facilidad de lograr, por la comodidad de no tener que pensar individualmente. Ese dejarnos seducir por toda liviandad y permitir que nos contagie el virus de la pereza, con el tiempo, nos llevará a lo anodino, a lo aburrido, a lo intrascendente, al decrecimiento personal, y puede que finalmente nos empuje a la depresión.
Todas las actitudes superficiales que llevan al acostumbramiento
no hacen más que ir matando poco a poco las ilusiones, y terminan por dejar mal
herido al sentido mismo de la vida.
A lo único que deberíamos acostumbrarnos, es a tener la voluntad y el desparpajo de no acostumbrarnos a nada que no sea producto de un esfuerzo propio o un discernimiento individual.
A tu altura
He tenido siempre al alcance de mi habilidad el instrumento borrador de tu tristeza. Pero cada día que pasa me tiembla más el pulso a la hora de hacer el bosquejo de tu próxima sonrisa. Y si al fin ocurre que sonríes e intento vanagloriarme por el logro, entonces descubro que ha sido solo un instante lo que ha durado mi dibujo en tu rostro. Las comisuras de tu boca se caen como si tuvieran peso propio o actuara sobre ellas el principio de gravedad. Y yo ya no sé qué más hacer para espantar tu tristeza, para ahuyentar tus fantasmas, para maquillarte la cara y pintar aquel añorado brillo en tus ojos.
A no ser que…. A no ser que opte por descartar esta careta de payaso que suelo llevar a la vista de los demás y muestre mi verdadera cara, que no es más que un rostro triste y amargado, muy similar al tuyo. Y tal vez así, uniendo mi tristeza a tu tristeza y compartiendo mi pesar con tus pesares, nos resulte un tanto más fácil de sobrellevar la convivencia.
lunes, 4 de diciembre de 2023
Precioso vientre
Deslizo suave la mano sobre tu vientre,
ese perfecto albergue de mis simientes.
Sino ideal de la génesis de mi herencia.
Arquetipo que trasciende toda ciencia.
Deposito en el bendito templo un beso,
como si de él fuera un fanático confeso.
No cesaré jamás de rendirle homenaje,
para esa incursión siempre saco pasaje.
Pego la mejilla a la piel, atento escucho,
eso me trae el recuerdo de hace mucho,
cuando percibía allí signos de otra vida,
pies que pujaban, un corazón que latía.
Giro y oriento hacia tu rostro la mirada,
me sorprende que la tuya esté empañada.
Seguro adivinaste que mi remembranza,
trataba sobre las creaciones de tu panza.
miércoles, 29 de noviembre de 2023
Pecado capital
Ella maneja el cuentagotas de cariño a su exclusivo antojo. Al reloj de arena de su sensibilidad se le atoró algo en el paso, y no hay manera de que eso se remueva; aunque tal contingencia parece no inmutarla. Ha cerrado definitivamente el grifo de su embrujo, no obstante deja deslizar cada tanto una gota con la finalidad de seguir volviéndolo loco. Escasos son los mendrugos de ternura que como al descuido deja caer al alcance del mendigo aquel que se arrastra a sus pies, cuyo karma fue haberla querido tanto, y su único pecado, haber empeñado su vida en ella.
jueves, 23 de noviembre de 2023
Con el alma herida
Cuando estás roto por dentro, lo pretendes disimular dibujando sonrisas. Y te sale tan bien que atraes y terminas rodeado por gente superficial, que es precisamente lo que menos deseas.
Cuando estás roto por dentro tratas de
mantenerte ocupado para no dar lugar a los pensamientos, pero estos siempre se
inmiscuyen y acaban por meterse en lo más profundo de tus sueños.
Cuando estás roto por dentro es muy probable que
te sientas incompleto, aunque seas el afortunado dueño de los misterios de la
vida.
Cuando estás roto por dentro, sin saberlo, andas buscando a alguien que esté tan roto como vos. Tal vez para que, juntos y sin censura, puedan llorar sus penas y alivianar pesares. O, quizás, para aunarse en el intento de emparchar los agujeros del alma con el fin de que no se les escurra a través de ellos el resto de vida que les queda.
viernes, 10 de noviembre de 2023
Un mínimo consuelo
Cuando la desesperanza te domina el pensamiento. Cuando ya no encuentras a qué agarrarte y sientes que el abismo te succiona. Cuando las tormentas de la mente amenazan con derribar lo poco que te queda de razón. Cuando ya pareciera que no existieran motivos para seguir andando. Cuando todo eso es parte habitual en la monotonía de tu vida, hasta en la más mínima insignificancia podes encontrar consuelo. Y yo lo encontré en el inocente brillo de los ojos de ese niño que me mira sonriente desde el otro lado de la calle. Es que se parece tanto a mí cuando yo tenía su edad. Si ese niño supiera que dentro de unos años él se verá triste y cansado como se ve el hombre que lo mira desde el otro lado de la calle, tal vez ese imperioso deseo de crecer que lo domina ya no tenga tanta prisa.
martes, 7 de noviembre de 2023
Un buen libro y una canción
Y créeme, llegará ese triste momento en que el olvido de todos se
hará carne en ti. Los escasos que bien te quieren, los muchos que fingen
quererte, y hasta quienes te odian sin remilgos, todos ellos irán olvidándote
poco a poco por más que hayan jurado que jamás lo harían. Y cuando ese día
llegue, será bueno que hayas aprendido a convivir con la soledad y sobre todo a
estar en paz con tu espíritu; para que de ninguna manera te puedan afectar los
malos recuerdos y las culpas. Y en ese proceso quizás la única compañía a la que puedas aspirar, con el fin de hacerle morisquetas a la monotonía de la
sucesión de los días, sea el tener a mano: una docena de buenos libros —esos que
has leído veinte veces pero que continúa siendo un placer el reincidir en ellos—; y en algún reproductor una lista de esas
canciones que te es siempre grato volver a disfrutar. Sí, un buen libro y una canción, definitivamente
la mejor compañía.
sábado, 4 de noviembre de 2023
Ironía
Pasó hace ya un largo tiempo, un día de esos pocos en los que uno
se levanta con la mente despejada y las ideas claras. Fue ahí que me di cuenta:
que ya no debía ir detrás de nadie, que ya no tenía que insistir, que no era
necesario forzar absolutamente nada, que lo que tenía que pasar pues en algún
momento pasaría. Y si no pasaba, era porque así lo había escrito el amo del
destino en los enrevesados pergaminos del tiempo.
Y fue precisamente a partir de ese día que dejé de buscarte.
Y de ahí en más: ya no miré más con ilusión hacia la lejanía, ni
estiré los brazos en el intento de agarrar lo inalcanzable, ni volví a sentir
ese fervor, esas ansias de caminar hacia la utopía.
Y ahora, ahora que ya no te busco, pues ocurrió que al fin te encontré.
O me encontraste, no lo sé, aunque dado el caso ya no tiene relevancia.
Solo que, al estar tan contaminado por la cruda realidad, al
principio me costó reconocerte, y una vez que lo hice, ya no pude recordar para
qué era que te buscaba.
La canción que nos recuerda
Encendí la radio del auto. Sonreí al escuchar que sonaba aquella hermosa canción que tanto nos había identificado. Cuando llegó a su fin y comenzaron las publicidades, toqué la búsqueda secuencial. Casualidad o no, en la próxima estación en la que se detuvo se sucedían, bellísimos como siempre y lacerantes desde que no estás, los versos de la misma canción. Me dejé llevar una vez más por la entrañable melodía. A su término apagué la radio, el tema me traía recuerdos que no quería refrescar. Sin embargo, la letra de la canción continuó desprendiéndose una y otra vez por entre mis labios sin que lo pudiera evitar, cual cantinela de un loco. Entonces lo supe. Tuve la absoluta certeza de que vos también en algún lado la estabas entonando. Y como en un tiempo no tan lejano habíamos sido los mejores complementos, ahora, yo acá y vos donde sea que te encuentres, conformábamos el mejor de los duetos.
Sociedad animal
Me he distraído en la práctica de un juego que de repente se me ha ocurrido. Durante un plazo que no viene al caso citar me he dedicado a observar a la gente, y por un momento he supuesto, ya que de eso se trataba, que cada persona representaba al animal al cual más se asemejaba por su actitud o forma de desenvolverse ante los demás. Los resultados de tal observación en cierta manera me han asombrado. He visto, por ejemplo: a ratas de alcantarilla devenidas a aristócratas; a hienas carroñeras vestidas de etiqueta y aficionadas al caviar; a descarados buitres que atacaban a presas vivas sin ningún reparo ni contemplación; a tigres, leopardos y panteras rendidos ante las imposiciones de un encumbrado perezoso sin levantar siquiera una garra en señal de protesta; a un mono tití que en complicidad con un coatí divertía a ballenas, delfines y pingüinos mientras sus pares les robaban sus carteras; a cocodrilos que ya no derramaban lágrimas para disimular su estirpe de asesinos, y simplemente iban al frente devorando todo a su paso; a zánganos y sanguijuelas procurándose alimentos y placeres sin el más mínimo esfuerzo; a serpientes que se arrastraban diseminando su ponzoña por doquier con el solo propósito de sembrar maldad; a una minoría de imponentes leones que, con sus títulos de nobleza, sus billeteras gordas y sus poderes indemnes a cualquier ataque, miraban a todos desde arriba sin contribuir con nada. Y, finalmente, a modo de complemento al patético cuadro de una sociedad decrépita, he admirado a una infinidad de laboriosos e infatigables insectos —que curiosamente cada vez son menos—, agachando el lomo cada día un poco más, con el fin de lograr el sustento diario que les permita sobrevivir y a su vez solventar gran parte de la buena vida de todos los antes nombrados.
jueves, 10 de agosto de 2023
Falta de alicientes
Este cambio abrupto
que no acaba de impactar
Este negocio corrupto
que no termina de cerrar
Estos nubarrones grises
que no permiten entrever
Este laberinto sin matices
que me ha vuelto a perder
Esta pasión sin sentido
Esta no correspondencia
Esta absurda imprudencia
Este capricho mal parido
Este delirio unilateral
Esta espiral sin retorno
Este ángulo redondo
Esta herida de puñal
Esta ilusión apagada
Este cuerpo maltrecho
Este dolor en el pecho
Esta espina incrustada
Esta cicatriz incipiente
Este continuo supurar
Este malestar sin curar
Esta falta de alicientes
martes, 27 de junio de 2023
Inconcebible
He decidido no escribirte más en el intento de recordarte menos. Inventé tareas para permanecer ocupado y desocuparme de ti. Llené mis pensamientos con certezas pero la incertidumbre de tu vacío no se va. Cada tanto logro dejar de pensarte pero el subconsciente siempre me engaña contigo. Olvidarte es algo tan inconcebible como tratar de escapar de la vida con el corazón latiendo.
Día a día
El que está enfermo suele dar gracias por el nuevo despertar, y hasta es probable que murmure una plegaria llevando los ojos al cielo. No cuchichees sobre él, solo háblale, así sea sobre banalidades, pero háblale. No le prometas nada, solo lleva a cabo tu propósito si tienes la intención de hacerlo, de lo contrario no se lo propongas. No le pidas resignación, solo bríndale calma haciendo lo que sea necesario para que se sienta a gusto. Si te cuenta una historia o un recuerdo que te lo ha contado mil veces, solo escúchalo y sonríe junto a él si su final lo amerita. No generes discordia por más que sepas que tienes razón, porque quién está enfermo sabe que lo está, y lo que menos desea es dejar pendientes, salvo aquellos que surgen con el nuevo día que se le ha obsequiado, y que él mismo se ocupará de cancelar cuando la tardecita se haga noche.
jueves, 8 de junio de 2023
Propuesta
A veces, cuando ya no puedo más, aunque nadie me escuche, clamo a los cuatro vientos, y ese clamor lleva tu nombre. A veces, camino bajo la lluvia para despejar la mente, pero resulta que el agua tiene sabor a sal, son lágrimas de desconsuelo que llueven por ti. A veces le pido a la tormenta que amaine, que no se empeñe en ir siempre en tu contra. A veces le ruego al destino que pare de conspirar, que lo de él ya es obstinación, que se le ha ido la mano. A veces sigo insistiendo, y a veces caigo rendido ante los vaivenes de la desesperanza. Pero hoy se me ha ocurrido una idea. Hoy le he hablado al oído a la Providencia y le he hecho una oferta por demás tentadora, le he propuesto que se quede con el resto de mis días, a cambio de que me obsequie uno entero contigo.
martes, 9 de mayo de 2023
Mi perdición
Si te antoja presumir de tu belleza,
y sobre tu juventud hacer alarde,
pues debes saber que no es tarde,
que aún me das vuelta la cabeza,
y siempre serás mi perdición.
un cúmulo de puntos suspensivos,
que me llevan a sopesar mil motivos,
para no sacar mis cartas del mazo,
y desnudar así mi intención.
y no manejarte con tantos rodeos.
Esas insinuaciones y los regodeos,
no son más que una mala táctica
que solo lleva a confusión.
si sabes que he visto tu obra in sito?
Como si no llenaras los requisitos,
para arrastrarme al mismo desierto,
si esa fuera tu intención.
Si quieres que embarquemos juntos,
tendrás que decir que lo pretendes,
y verás que tan
solo de eso depende,
la decisión de
enderezar el rumbo,
a cumplir con tal
misión.
A través de la ventana
Mientras afuera una
fría lluvia de otoño,
limpia de los
árboles las hojas restantes,
acá se escabulle
Sabina por los parlantes,
conjunción de una
tarde gris del demonio.
Y como si no fuera
suficiente con todo eso,
la nostalgia ha hecho escala en mi cabeza.
Recuerdos que no se
rinden ante la certeza,
de tu ida sin
expectativa alguna de regreso.
Trepa y trepa, y opaca
mis pensamientos,
la enredadera implacable
de la melancolía,
y amenaza con
quitarme lo escaso de valía,
míseros resabios,
restos de aquel tormento.
Me han quedado
expuestas las miserias,
y a los árboles todas
las ramas desnudas.
Existe una cierta
analogía, no hay dudas,
otoño y lluvia son
sinónimos de tristeza.
Añoranza
Cómo no extrañarte,
si tu voz espantó
mis miedos.
Cómo no extrañarte,
si tu calor
derritió mis hielos.
Cómo no extrañarte,
si en tus brazos
hallé la calma.
Cómo no extrañarte,
si tus manos fueron
caricias.
Cómo no extrañarte,
si tu susurro fue
confesión.
Cómo no extrañarte,
si en tus besos
conocí la gloria.
Cómo no extrañarte,
si tu ofrenda calmó
mi hambre.
Cómo no extrañarte,
si tu éxtasis sació
mi sed.
Cómo no extrañarte,
si fuimos cóncavo y
convexo
en perfecta
conjunción.
lunes, 1 de mayo de 2023
Volver a creer
Ella, dentro del
marco de confianza que le generaba mi amistad, me había asegurado que nunca más
volvería a caer en las redes del querer. Es que habían sido tantas las veces en
que se había brindado por completo y tantas otras las que la habían
decepcionado que su decisión hasta lógica me resultó, y por tanto la había
tomado como una verdad a rajatabla.
Solíamos encontrarnos
cada tanto, a veces por intención, a veces por azar, con esa finalidad que solo
tienen los buenos amigos, la de querer saber si el otro está bien. Aunque esta
vez, fue ella quién me citó.
La noté un tanto
rara, ansiosa, como si algo la mantuviera en un estado de tensión que no era
normal, ya que la fluidez siempre había circulado a sus anchas entre nosotros.
Después de varios titubeos, en los que seguramente sopesó las consecuencias
acerca de lo que iba a decir, al fin se decidió y tomándome de las manos y
mirándome a los ojos, me dijo:
—He decidido volver a creer en el amor.
Debo confesar que me sorprendió. Sobre todo la manera
de decirlo. No obstante, mi reacción fue de verdadera alegría.
—¡Qué bueno, amiga! ¡Me alegra mucho! Y…¿Puedo saber
quién es el afortunado?
—¡Vos, boludo!
Y ese fue el más maravilloso
insulto que he recibido en toda mi vida.
miércoles, 26 de abril de 2023
Quiero que sepas
Si un día de estos andas necesitada de un abrazo —pero no un abrazo de esos que puede dar cualquiera, sino de uno de esos que estrujan el cuerpo, que insuflan energías al espíritu, que reconfortan el alma—, quiero que sepas que tengo pendientes de entrega un par de docenas, que tan solo están esperando a que vengas a por ellos —o tal vez aguardando esa mínima señal que les indique que los estás necesitando para ir a tu encuentro—. Abrazos que con el transcurso de la vida he ido archivando por falta de merecimientos, aunque ahora sé con certeza que los he reservado para ti.
lunes, 24 de abril de 2023
Nunca digas nunca
Ella dijo: yo no acepto más que blanco o negro.
Afirmación que llegó a oídos de la Providencia.
Y es harto conocido,
no se trata de una ciencia,
que la Ventura en
refutar todo pone su esmero.
Nunca afirmes que
de esa agua jamás has de beber,
pues el Universo te
mostrará su diversidad de grises.
Y, créeme,
encontrarás tal atracción en los matices,
que de alguna
manera acabarás por caer en la red.
Y cuando eso ocurra
ya tendrás instaladas las dudas,
acerca de si son de
verdad tan buenos los extremos.
Y con el insidioso
transcurrir del tiempo, veremos,
la resistencia de
esa coraza que tan altiva te escuda.
Bajo cien cerrojos
La vida se empeñó en hacérsela
difícil,
pero ella no se queja, le pone el
pecho.
Siempre obstinada en ir por
derecho,
por más que la fortuna fuera
disímil.
Cuando ella sonríe, sonríe el
mundo.
El problema es que lo hace muy
poco,
los agujeros del alma, el corazón
roto,
ocultan la alegría en lo más
profundo.
Se acostumbró a vivir en soledad.
Ya no espera atenciones de nadie.
Solo depende del calor que
irradie,
su gran amor propio y la
dignidad.
Harto convencida está de su
situación.
Sin embargo, a veces siente
nostalgia,
de viejos tiempos colmados de
magia,
que la llevan a escurrir un
lagrimón.
Si alguien se le acerca lo mira
de reojo,
la han vuelto desconfiada los
reveses.
Es que eso le ha ocurrido tantas
veces,
que se ha guardado bajo cien
cerrojos.
Y como no podía ser de otra
manera,
dejó en manos del guardián del
olvido,
las llaves de apertura de sus
sentidos;
no sea que alguien a interesarse
fuera.
Y si el vil recuerdo insiste en extrañar,
selecciona la mejor música y baila
sola,
y se deja llevar, y gira y hace
cabriolas,
total, nadie dirá que está loca
de atar.
domingo, 16 de abril de 2023
Silencio
Ya tu ser no recibe el eco de mis latidos,
dejó de ser inversión el tiempo conmigo.
Ya no devuelves las paredes que te tiro,
perdieron
encanto las flechas de Cupido.
Fui un día aquel hombre que soñabas
y al otro la última de tus prioridades.
Fui al inicio medicina que te calmaba,
al final el causante de todos tus males.
Así como la nitidez aportó su brillo
cuando el affaire era todo dulzura.
Al llegar el abrupto final del idilio,
nunca supe el motivo de la ruptura.
Me ha quedado clavado en el balero,
un puñado de imágenes, muy pocas,
tatuadas allí a punta de cincel y fuego,
profusión de caricias, escasez de ropas.
Amén de un par de fotografías eróticas,
de la fascinante desnudez de tu cuerpo,
fiel tributo a Venus, belleza apoteótica,
que mantendrán candente tu recuerdo,
hasta que el artero metejón se me pase.
martes, 11 de abril de 2023
Ya no quiero
No, ya no quiero,
discutir por minucias,
chocar por idioteces.
No más actitudes sucias,
bajezas, que tantas veces,
del querer son intrusas
que me quiten el sueño,
las artimañas difusas,
las negativas, los empeños,
con razones tan obtusas,
de dos dedos de ceño.
que me coman la cabeza,
anhelos, deseos e ilusiones.
Es hora de sentarme a tu mesa,
de cantar contigo esas canciones,
en las que al final resultas ilesa.
ocultarte mis verdades,
así sea cruel su contenido.
Es hora de hacer las paces,
de poner en orden el nido,
de creer más en las bases.
más recelos de pendejos,
ni rencores sabor a hiel.
Nuestro querer es añejo,
siempre tuvimos buena piel,
y a eso yo nunca lo dejo.