martes, 27 de junio de 2023

Día a día

El que está enfermo suele dar gracias por el nuevo despertar, y hasta es probable que murmure una plegaria llevando los ojos al cielo. No cuchichees sobre él, solo háblale, así sea sobre banalidades, pero háblale. No le prometas nada, solo lleva a cabo tu propósito si tienes la intención de hacerlo, de lo contrario no se lo propongas. No le pidas resignación, solo bríndale calma haciendo lo que sea necesario para que se sienta a gusto. Si te cuenta una historia o un recuerdo que te lo ha contado mil veces, solo escúchalo y sonríe junto a él si su final lo amerita. No generes discordia por más que sepas que tienes razón, porque quién está enfermo sabe que lo está, y lo que menos desea es dejar pendientes, salvo aquellos que surgen con el nuevo día que se le ha obsequiado, y que él mismo se ocupará de cancelar cuando la tardecita se haga noche.


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