lunes, 30 de noviembre de 2015

Guardabosque

Siempre serás mi niña, mi princesa, mi crédito.
Y seré por siempre tu cuidador.
Y montaré guardia mientras duermes.
Y te alertaré de los posibles peligros.
Y de los imposibles o supuestos también.
Y lucharé sin descanso contra lo que sea que osara siquiera pensar en hacerte daño o pretendiera molestarte.
Y los sospechosos, porque para mí lo son todos, podrán llegar a ti tan solo si pasan por sobre mi cadáver; salvo que tú concedieras el permiso, en cuyo caso con resquemor agacharé la cabeza y me retiraré. Aunque no iré muy lejos, con el suficiente recelo vigilaré desde un oculto rincón, con la presteza a punto y dispuesto a intervenir ante el menor desliz del susodicho en cuestión.

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