viernes, 27 de noviembre de 2015

Siempre una carta en la manga

Todo en mí parece ser producto de la diversidad, característica que, tal vez en lo subrepticio, he cultivado, aunque no lo sé con exactitud por lo cual no me declaro inocente ni culpable. Leo diverso y por lo tanto ningún escritor me convence en absoluto. Escribo diverso y por ende, según lo que se dice, estoy condenado al fracaso. Debería dedicarme a una especialidad, como los médicos, y profundizar en ella, tratar de ser el mejor en la opción; pero no lo haré porque amo la diversidad y moriré extraviado en alguno de sus múltiples túneles quizás sin poder vislumbrar las luces del final, aunque con el convencimiento de que es bueno tener siempre una carta guardada para sorprender al lector.

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