lunes, 9 de noviembre de 2015

Continúe así...

Debo reconocer que no me cuesta demasiado lograr que usted tire la casa por la ventana, que patee el tablero sin importar lo avanzado del juego, o que termine por desparramar su ropa por el piso; y si el conseguir que haga usted eso redunda en satisfacción para su cuerpo y su espíritu, y en invaluable alimento para las ansias de mi alma, no veo por qué deberíamos dejar de hacerlo…

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