Suelo ser un paranoico persecutor de
utopías, de sueños inalcanzables, de ideales confundidos con las brumas de los
confines del universo. Así, voy tras el culo de bellas mujeres a las que no se
lo podría tocar ni siendo el hombre invisible, o pretendo algún día no muy
lejano vivir del resultado de mi pluma, o deseo que alguna editorial de elite
se termine por interesar en mí. Mis metas son quiméricas y mis objetivos
frágiles. Pero, mientras la ilusión camine a mi lado, iré a por ellos, pues eso
es lo que me mantiene andando.
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