Cuando
el tolerar se hace intolerable… Cuando el sopor ha mutado a lo insoportable…
Cuando la costumbre peca de incomodidad… Cuando lo espontáneo ha optado por
encerrarse bajo llave en su caja de sorpresas… Cuando ya no hacen falta agendas
y las horas pasan sin pena ni gloria y ni siquiera el reloj se entera… Cuando
la esperanza significa esperar la sucesión de los días rumbo a un final
prefijado… Cuando insistir no encuentra razón sostenible… Cuando la soledad se
inmiscuye y hace mella por más que nos rodee la mejor compañía…
Cuando las
señales que nos indican que es tiempo de cambios son tan evidentes, es terquedad
de necios no prestarles atención.
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