Si usted siente que algo
va como transformando todo a su paso, aunque lo haga con la mesura y la
liviandad de una pluma, y el aplomo de un felino; no se preocupe, es mi aliento
que transita a milímetros de su piel, erizando y despertando áreas adormecidas
o aletargadas.
Si a usted la acomete el
incontenible deseo de acariciarse y cierra los ojos, se muerde los
labios, y no puede evitar dejarse llevar; son sus sensaciones que, alocadas, se
han disparado debido al influjo de mis dichos. No se preocupe por el hecho, pues
será tan solo un instante, preocúpese por la existencia de poder residual.
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