Como
la luz que finge ahuyentar a todo miedo que nos ronda y nos consume.
Como
el sol que evapora y atrae los restos de las lágrimas de la luna para luego
esconderse y volver a hacerla sollozar.
Como
la lluvia que da fin a la volatilidad y asienta las partículas que pretendían
escapar de tierra firme seducidas por el cambio.
Como
la luna que engaña al mar pidiéndole que humedezca sus faldas a sabiendas que
jamás lo logrará.
Como
ellos tú eres artífice del maquiavélico juego permanente entre incitaciones y rechazos,
y como tales me manejas a tu antojo.
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