Siento celos de la brisa
que levanta tu falda y dudo del maldito viento que la provoca.
Siento celos de las
baldosas y las alfombras que espían tu intimidad en la cadencia de tu caminar.
Siento celos hasta de la
mirada de los perros callejeros que te observan fijo y suplicantes al pasar.
Siento celos del agua
que corre por tu piel cuando te bañas, y me es imposible no asignarle dobles
intenciones.
Siento celos del roce de
las sábanas en tus pezones y de su entrelazado con tus piernas.
Siento celos de tu mano
que se desliza y va al encuentro de lo más profundo de tus deseos en la
búsqueda de placer.
Siento celos de mis ojos
que te miran con lascivia cuando deberían hacerlo con pureza.
Siento celos de mis
pensamientos y su egoísmo de pensarte que únicamente muerta serías
absolutamente mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario