lunes, 28 de marzo de 2016

Duele el alma

Por supuesto que duele, miente quien asevera lo contrario. Todo corte de cordón duele, todo destete duele, todo desmadre duele, toda separación duele, toda partida sin retorno duele, todo rompimiento de un todo en partes duele. Puede variar el tiempo y la intensidad del dolor de acuerdo a su origen: por una lastimadura del orgullo el malestar será superficial y pasajero, si la rotura es del corazón va a doler bastante más y se extenderá en el tiempo aunque acabará con un remiendo; ahora cuando el puñal está clavado en el alma… ¡Cómo duele el alma!… Esa herida sí que duele de verdad, y sin duda alguna es el dolor más difícil de superar y en muchos casos no alcanza el tiempo.

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