miércoles, 9 de marzo de 2016

Disidencia

La tendencia pretende querer arrastrarme a menudo, pero como suelo ser bastante terco y por ende fiel a mis convicciones, le unto al cuerpo vaselina y le irrigo frescura a la mente para que me resbalen los golpes adormecedores de la obsecuencia, o no se ciñan a mí los nudos de las cuerdas anuladoras de opiniones alternativas o ideas renovadoras.
Tiene sus complicaciones el ir contra la corriente por ende no son muchos los que se atreven, pero sin duda alguna la satisfacción que sentirán esos disidentes al obtener el rédito buscado será superlativa; tal como es valorado en su justa medida todo aquello que cuesta obtenerse.

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