La tentación ha hecho alarde de su
ingenio y nos ha puesto cara a cara, cuerpo a cuerpo. Casi respirando el mismo
aire, confundiendo tus deseos con mis ganas, construyendo ese universo paralelo,
entrelazándome contigo y uniéndote a mí en formal conspiración, en auténtico
complot. Antes de saborear el aroma de tu piel ya me supo a embriagador. Y si lo previo fue tan bueno, la
correspondencia hizo lo suyo y logró que el interludio sobresaliera y opacara lo anterior.
Puesto que mi hombría apenas hace
sombra al acercarse al umbral entreabierto de tu cuerpo debo decir, por si alguien descubriera y acaso se le ocurra terminar con la conjura, que ya me siento plenamente satisfecho
de este breve paso por lo excelso de tu mundo.
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