Y te observo ahí, parada frente a mí, desnuda,
estática, inofensiva, y entonces me doy cuenta de que ya no me resultas tan
bella como cuando incentivabas mis sentidos con movimientos sensuales, o me susurrabas al oído frases inconcebibles, o confundida entre penumbras
te quitabas la ropa lentamente, prenda a prenda, sugiriéndome la existencia de
tesoros inmaculados más allá de la escasez de lo visual. Es posible que haya
perdido la esencia animal del macho, esa que ante la vista de la hembra hace
que automáticamente se ponga en guardia. Hoy necesito de protocolos fantasmas,
de astutos preliminares, de osadías implícitas, de refinadas indecencias que
hagan disparar mi adrenalina, y una vez embebido en tal elixir, pues abróchate el cinturón porque el viaje que transitaremos será una experiencia inolvidable.
Este es mi borrador virtual. Todos los textos son de mi exclusiva autoría. No siguen ninguna línea específica ni hilo conductor, ni siquiera una cronología. Publico compulsivamente cuando tengo ganas, y cuando no las tengo me pregunto por qué pierdo el tiempo en hacerlo. Soy así. Las imágenes fueron tomadas de Internet.
miércoles, 18 de diciembre de 2019
martes, 29 de octubre de 2019
Reencuentro
La desidia había endurecido su corazón.
La indiferencia apagado sus ilusiones. El descrédito obnubilado sus razones. Y
todo eso hizo que la inercia lo transportara por la vida sin oposición alguna,
sin rebeldías. Hasta que, tal vez por un acto reflejo o vaya uno a saber por
qué extraña razón de las tantas que maneja la picardía del Universo, él, rompiendo
la inevitabilidad habitual, levantó la vista como hacía mucho no lo hacía, y
encontró los ojos de ella que lo miraban como si… como si ella hubiera sido
afectada por la misma extraña razón. Y ella pintó una sonrisa que tuvo la
virtud de deshacer en él cualquier cosa que haya sucedido antes, que desplazó la
longevidad de ideas superfluas e implantó en su lugar otras repletas de
esperanzas nuevas. A ella él le resultaba misteriosamente conocido, como si ya lo
hubiera amado antes. Ella se ajustaba con perfección al ideal que él alguna vez
tuvo. Y él le pidió la contraseña de apertura de sus labios y ella se la regaló.
Y él hizo uso propicio de ellos, y saboreó la gloria una y mil veces, y la
grabó a fuego en los propios para jamás olvidarla. Y él le obsequió la
majestuosidad de sus versos por ser partícipe insustituible del resurgir de su
alma.
Y lo demás, lo demás está de más, ya
pueden ustedes adivinar como sigue la historia cuando dos almas afines tienen
la enorme fortuna de reencontrarse.
martes, 24 de septiembre de 2019
Coincidencia
El sufría atragantándose con gritos desaforados
que se confundían con el insoportable cuchicheo de las voces del silencio. No
obstante, y debido tal vez a las confusas leyes que favorecen el discurrir por las
intrincadas vías de la trascendencia, ese callar liberaba inequívocas señales
de pedidos de auxilio. Ella percibía, casi sin proponérselo y por el único
hecho de ser buena receptora, esas súplicas que contaminaban su pensar exento
de altisonancias, aunque nunca supo quién las emitía, ni siquiera si eran por o
para ella. Hasta que un día los murmullos se acallaron y por más que ella fue
toda apertura ya no percibió ruego alguno. Ese día un visionario destino echó
sus cartas. Ese día, sin saber ella que él era el emisor de las súplicas ni él
que ella sería de ahí en más su salvaguardo, se conocieron.
Necesidad
Desde que no estás aquí, me siento
inmerso en una llamativa calma, que se me antoja rara, que me consta no atraerá
jamás una tormenta. Es una calma continua, inquebrantable, lasa, como… como
cuando algo que tenía vida de pronto ha dejado de latir para no reincidir, sin
aviso previo, sin proponérselo. Es como si fuera una eterna paz que no
encontrara nunca su incomodidad. Es la calma de la sucesión de los recuerdos
gratos, esa harto conocida intrascendencia de las cuestiones zanjadas. Es el
aburrimiento mismo, y uno de aburrimiento hasta se puede morir casi sin darse
cuenta. Necesito inseguridades. Necesito altisonancias. Necesito aconteceres
inciertos. Necesito que estés aquí, que me des calor, que me hagas sentir frío,
que me infundas valor, que liberes tu brío, que hagamos el amor, que me
mantengas vivo.
martes, 17 de septiembre de 2019
Lo sé
Y sí, como sin querer, como quien no
quiere la cosa, sin llamar la atención, sin rimbombancia alguna, entraste en el
radio de acción de mi radar. Eras tan solo un puntito más entre una
constelación de puntitos intrascendentes. Pero hubo un no sé qué que llamó mi
atención. Tal vez un casi imperceptible brillo diferente que no pasó
inadvertido ante mi particular descrédito por las cosas habituales. Y mi repentino
estado de alerta, te alertó. Y ese pequeño brillo fue luz cegadora que se
transformó en belleza transparente, en presencia etérea que hizo contacto supremo
conmigo. Y ahí supe que era tarde para desestimar, que aquella intrascendencia
era la calma que antecedía al huracán, y que ya estaba inmerso en el mismísimo
ojo.
Y sé que ya nada será igual, que de
ahora en más harás lo que desees con este servidor, y que no me disgusta para
nada este estado.
martes, 10 de septiembre de 2019
Omnipresencia
Hay momentos en los que las circunstancias de la
vida arrecian como llovizna de invierno, con la intrínseca promesa de derribar
mi integridad. Instantes que aprovechan al máximo los
infortunios para machacar sin contemplación alguna sobre la escasa paciencia que me resta. Es justo entonces, en el preciso segundo en el que estoy por tirar la
toalla o estallar en mil pedazos, cuando apareces tú, con esos ojos empapados
de oasis, con ese andar de reina en sus aposentos, con esa paz de amanecer
campestre, con esa sonrisa que sólo esbozabas para mí. Y con esa simple aparición,
ya que nunca dejas de ser más que eso, haces que se mitiguen los alcances de toda
influencia negativa y al mismo tiempo logras que rejuvenezca mi ánimo rumbo a
un inevitable volver a empezar.
viernes, 2 de agosto de 2019
Perdón
Por meterte en la gran mochila de mis
divagares
Por arrastrarte por la torcida vía de mis
pasiones
Por incluirte en el radar de mis
excentricidades
Por llevarte en andas por la utopía de mis
ilusiones
Por borronear con caprichos tu sonrisa espléndida
Por dilapidar a propósito insuperables
momentos
Por hacer que sientas perdida gran parte
de la vida
Por arruinar el gran final del mejor de tus
cuentos
Por no acompañarte en tiempos duros de
necesidad
Por evadirme, por huir cuando era mi deber
estar
Por no saber cómo conducirte hacia la
felicidad
Por no encontrar la fórmula, por no
saberte amar
Por no ser aquél ideal, por ser el fiasco
que soy
Por tener que pedirte perdón. Perdón.
Perdón
viernes, 26 de julio de 2019
Sé que no debo
He estado acordándome de ti
Y muy en el fondo sé que no debo
Esos imborrables momentos contigo
Me hacen saber que aún te quiero
Inestimables encuentros vividos
Que llenaron carencias del alma
Pequeños aconteceres tan vivos
Fundieron anocheceres con albas
Una noche irreal de controlada locura
Tu cuerpo y el mío, placer al desnudo
Bajo la osada mirada de la pícara luna
Abrazados los dos, al final fuimos uno
Fue aquella incomparable tarde de verano
Cuando, tras besarnos a la vera del arroyo
Que el susurro de tu voz musitó aquel te amo
Respaldado por el brillo auténtico de tus ojos
Fue una tarde gris como otra cualquiera
Que me preguntaste como al descuido
En tanto matizabas mi tiempo de espera
¿Qué harás contigo cuando me haya ido?
Es que sabía que se trataba de un sueño
Que tú eras mar bravío, insondable viento
Que eras de nadie, que no tenías dueño
Que te ibas a ir sin importar lo que siento
He estado acordándome de ti
Y muy en el fondo sé que no debo
También sé que si no vuelves a mí
Sé con certeza que en breve muero
martes, 16 de julio de 2019
Arbitrariedad
Se relame el gato a
la vista del apetitoso pájaro
Que se distrae en
tontos cortejos a su bella hembra
Es muy posible que
mañana cuando el sol venga
Planeen plumas
sobre el funesto último páramo
Se relame la mísera
hiena a la vista del festín
Aguarda con ansias
los desperdicios del león
Las migajas del rey
son el manjar del montón
Montón bien
alimentado, jamás levantará motín
Se relame el
mendigo al caminar frente al comedor
Al ver pasar tanta
comida a través de los cristales
Y ahora, tendrá que
ingeniárselas para explicarle
a su estómago, sobre
otra noche de horrible sopor
Los grandes
placeres están reservados para unos pocos
Lo saben los
carentes, los humildes, los cortos, los locos
Más vale sobra en mano
que grandes manjares en fotos
martes, 9 de julio de 2019
Agonía
Te imagino junto a
la ventana
La cara seria, el cristal
empañado,El aliento tibio, la mirada lejana
La sonrisa ausente,
el pensar errado
Vivo inmerso en tu
cándido embrujo
Sé que me sientes,
que bien me aprecias
Por eso voy a contarte
si ningún tapujo
Las crudas verdades
sobre tu ausencia
Al roce de las
sábanas le falta el calor
Al caer de las
hojas le sobra melancolía
Se le ha terminado el
orgullo al valor
Y se han hecho
infinitas las horas del día
Y me imaginas junto
a la ventana
La cara seria, el
cristal empañado,
El aliento tibio,
la mirada lejana
La sonrisa ausente,
el pensar errado
Y así andamos deambulando
por la vida
Por propio tino, sumidos
en eterna agonía
Sin posibilidad de
encuentro, sin expectativa
martes, 16 de abril de 2019
Ansiedad
No. Por más que lo intentó no pudo
esperar a estar sumida en la acogedora intimidad de su habitación para comenzar
a leerlo. Tantos comentarios había escuchado acerca del proceder prohibido de la
pareja protagonista de ese libro que una vez que lo tuvo en sus manos la ansiedad
pudo más que los consabidos reparos que debía tener en base a guardar las
apariencias. El tronco de un viejo fresno ubicado en un apenas discreto lugar
de la plaza le hizo masajes en la espalda, las intermitentes sombras de sus
ramas fueron contorneando la suavidad de sus curvas, la fresca brisa del otoño
erizó los pelillos de su piel de durazno, mientras las hojas secas bailaban a
su alrededor e intentaban hacerle cosquillas en las piernas. Ella nunca se
enteró, pues ya estaba inmersa en la atrayente historia y al tiempo que
entrecerraba los ojos, se aprestaba a sentir sobre su cuerpo desnudo las intensas
caricias y los cálidos besos de aquel misterioso amante.
viernes, 5 de abril de 2019
Contradicciones
La vida es un cúmulo de mandatos, una
sumatoria de imposiciones camufladas tras atractivas máscaras de sugerencias
que, paradójicamente, ya no sorprenden. Todo ha sido dicho y todo hecho, por
ende las formas para llegar a un fin conocido terminan por ser irrelevantes. La
libertad mal entendida no consiste en otra cosa que en romper las reglas. Hoy no
se sabe con exactitud qué es lo que se siente al estar bajo el influjo de la verdadera
libertad, esa que, paradójicamente, sin influenciarte de alguna manera logra llevarte
a hacer lo que íntimamente deseas.
Levedad
Y sí, tantas veces lo había soñado que
al fin se lo terminó por creer. Creyó que ya había vivido todo lo que había que
vivir. Creyó que había dado cumplimiento a las misiones que se le habían
encomendado en el breve tránsito por el derrotero vital. Y así, convencida de que
ya no quedaban pendientes por cumplir, tan sólo cerró los ojos y se echó a
volar. Y por ahí anda: a veces, inquieta, visita ciertos confines ocultos que
nadie ha osado conocer, y otras veces, sonriente, suele regresar a lugares
conocidos en los que supo pasar buenos momentos. Ella vuela, y ya no dejará de
volar, aunque se haya olvidado de llevar su cuerpo que reposa a ratos en una
mecedora en el living, y a ratos en la cama matrimonial donde ya hace un tiempo
se ha desocupado la otra mitad. Y, ¿quién sabe?, tal vez en alguno de sus
vuelos se vuelvan a encontrar, y echen a volar juntos una vez más.
martes, 19 de marzo de 2019
Imperdonable
Te miraba obnubilado, con devoción he observado
cada milímetro de ti a sabiendas de que estaba ante la gran obra maestra, escuchaba
maravillado cada palabra escapada de la dulce celda de tus labios, recorrer tu
cuerpo era un incomparable placer, disfrutaba de ti y contigo con la calma y la
parsimonia de lo que se sabe propio. Llegué a percibir en ti ese elixir mágico
y embriagador que solo emana de lo sublime. Pero, mientras más admiraba la
perfección hecha carne en ti, más me convencía de que en el fondo escondías el
mayor de los defectos, aquél que ensombrecería todas tus virtudes. Y como un
digno representante más de la gran estupidez humana, dotado con ese auténtico
vicio de los mortales que es la inconformidad, me he puesto a buscar tal
deficiencia y creí habértela encontrado o, en definitiva, creo que terminé por
inventarla. No conforme con ello, me he dedicado a sacar provecho de tal
supuesto defecto para así ir tirando por la borda una a una, como quien
desprende los pétalos de una rosa y los deja caer para que el viento se los
lleve, todo el dechado de virtudes que hacían de ti la perfección hecha mujer. Y así como he admirado en ti la belleza en fantástico
esplendor, he creado en mí al monstruo
que se la ha ido devorando poco a poco sin el menor remordimiento.
Confabulación
La tentación ha hecho alarde de su
ingenio y nos ha puesto cara a cara, cuerpo a cuerpo. Casi respirando el mismo
aire, confundiendo tus deseos con mis ganas, construyendo ese universo paralelo,
entrelazándome contigo y uniéndote a mí en formal conspiración, en auténtico
complot. Antes de saborear el aroma de tu piel ya me supo a embriagador. Y si lo previo fue tan bueno, la
correspondencia hizo lo suyo y logró que el interludio sobresaliera y opacara lo anterior.
Puesto que mi hombría apenas hace
sombra al acercarse al umbral entreabierto de tu cuerpo debo decir, por si alguien descubriera y acaso se le ocurra terminar con la conjura, que ya me siento plenamente satisfecho
de este breve paso por lo excelso de tu mundo.
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