Por las caricias obstinadas de mis quimeras,
suelo
desdeñar los arrumacos del presente.
El
melodrama de mis recuerdos es exigente,
y
opaca las tonalidades de mis primaveras.
No
quieras conocer tanto mis antecedentes,
no
pretendas ver mis cicatrices del pasado.
Puede
que ventiles secretos bien guardados,
que
lograrán que en presencia me ausente.
Sólo
dedícate a compartir un buen momento,
que
tal vez lo que tenga de propicio el futuro,
no
sea mucho más que aquello que ya hubo.
Y
el porvenir no es otra cosa que un cuento.
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