Ella no contaba con algún rasgo
fisonómico o físico notable que incitara a guardarla como algo preciado en las celdas alcanzables
del recuerdo, si fuera por eso habría pasado de manera inmediata a engordar las
enormes ballenas que vagan por los mares del olvido como un descarte más de la obviedad habitual. Pero, había un no sé qué presente en ella que atraía, una distinción
palpable y hasta quizás extraña, no preocupante aunque sí embriagadora, que
emanaba a través de sus ojos negros. Una especie de magia que, por más que a
veces he intentado descubrirla, nunca me animé a hacerlo por el simple temor de romperla.
Porque sé que cuando la magia se destruye, junta sus pedazos y se transforma en
desilusión, y a las desilusiones inevitablemente se las devoran las telarañas
del olvido. Por eso te recuerdo, por esa magia que aún está intacta en tu ojos
negros.
Este es mi borrador virtual. Todos los textos son de mi exclusiva autoría. No siguen ninguna línea específica ni hilo conductor, ni siquiera una cronología. Publico compulsivamente cuando tengo ganas, y cuando no las tengo me pregunto por qué pierdo el tiempo en hacerlo. Soy así. Las imágenes fueron tomadas de Internet.
sábado, 29 de septiembre de 2018
Retracción
Como Amaia, quería escribirte la canción
más bonita del mundo. Es que había olvidado por un momento que ese deseo no
formaba parte de mis posibilidades de concreción, que más bien era casi un
imposible. No me malinterpretes, no es que no te la merezcas. Es que quien tiene la mente tan profusa, el espíritu tan inestable y el pensar tan
versátil jamás podría dedicarle la canción más bonita del mundo a alguien si no
es por engaño. Seguramente escribiría algo muy bonito que a vuestros oídos
sonara a música de arcángeles aunque, sin dudas, tendría una trastienda de
mentira; y eso es algo que no me voy a permitir hacer ante una imagen tan
inmaculada, tan noble y tan inocente como la de usted.
lunes, 24 de septiembre de 2018
Previsible vaivén
La tempestad y la calma
La plenitud y el desasosiego
La inspiración y el desinterés
El rechazo esperado y el deseo
concedido
Tus luces que opacan y mis sombras
envolventes
Tu vorágine que arrastra y mis
silencios que exasperan
Tu sed de locuras y mi centrada abstinencia
Tu andar seguro y mi errática incertidumbre
Tu espíritu nómada y mi fatal sedentarismo
Tu cóncavo rebosante y mi convexo
desierto
Todo va y viene y no para de alternar
en esta maliciosa oscilación en la que vivimos inmersos por propia voluntad. Lo
triste es que ya nada nos logra generar esa auténtica sorpresa que subconscientemente
estamos esperando.
lunes, 17 de septiembre de 2018
Deseos imposibles
Quiero que mi mente deje por un momento
de pensar. Quiero que la gran rueda se olvide cada tanto de girar. Quiero colocar en los relojes marcapasos obsoletos. Quiero que la hipocresía sea una enfermedad
mortal. Quiero sentir otra vez tus latidos desenfrenados en mí. Quiero volver a
morir perdido en ti, mujer homicida de mis jornadas ingratas.
Maldito Baudelaire
Hoy me he emborrachado con vino del
bueno, queridos lectores, con la intención de que obre en mí el milagro que de otra
manera no he logrado que se produzca.
Me he empachado, además, de poesía,
estimados míos, con el deseo de que eso me transporte a ese estado necesario de volatilidad que impulsa a dar el paso primordial hacia la deseada manzana de la tentación.
De virtud rebosante estoy aunque, ¿quién
de ustedes podría garantizarme que hay suficiente en mí como para que al final se
me reditúe con aquello por lo que incansablemente he bregado? Cosa que no es
otra que lograr que tan espléndida señora me brinde su atención. Tan sólo eso
necesito, pues una vez que ella me preste su interés les aseguro, mis queridos, que haré lo imposible para que ya no desee librarse jamás de
este fiel servidor, y si eso no ocurriera pues entonces pondré mi alma en manos del diablo.
No sabría precisar si es a causa del
vino, de la poesía o no sé qué, pero un espejo refleja mi imagen con una sonrisa
diabólica. En mi falda descansa, abrazada a mí, una despampanante señorita vestida totalmente
de rojo con un par de cuernos en la frente y una larga cola que parte del
principio de sus nalgas para terminar por enroscarse en mi cuello.
(“Embriagaos siempre, de vino, de poesía o de virtud,
pero embriagaos siempre” Baudelaire)
martes, 11 de septiembre de 2018
Prioridades
Un niño llora en algún lugar reclamando
atención. Dos gatos alternan sus maullidos disputándose tal vez la supremacía
en los favores a una gata en celo. Un gorrión, quizás sorprendido en su vuelta
a casa por el rápido anochecer, se ha refugiado debajo del bonete que cubre una
chimenea. Un búho desde su vista panorámica habitual sucede su clásico desorbitar
entre el llanto del niño, el ostentar de los felinos y el desplazar silencioso
de la gata de la discordia que aprovecha la distracción de los machos para
salir a cazar. Es posible que el gorrión
no tenga un nuevo amanecer y la gata se vaya a dormir con la panza llena,
relamiéndose, y olvidándose de cuestiones menos importantes.
jueves, 6 de septiembre de 2018
Rumores
Hilo elegantes argucias con las brisas
de murmullos que llegan hasta mí. Con las ráfagas de injurias tejo colchas que me servirán
de abrigo en inviernos sibilantes. Invento molinos que producen vitales argumentos
con la diversidad de los vientos arremolinados sin sentido que pretenden
afectarme. Todo lo asumo y todo lo transformo. Aprovecho lo útil. Rescato lo
bueno. Descarto nimiedades. Construyo mi blindaje ante posibles verdaderas tempestades.
Intríngulis
Por supuesto que no es fácil
comprenderte. Nunca lo ha sido. Contigo son imposibles en potencia: el entender
cómo piensas, el saber cuáles son los mecanismos que ponen en movimiento tus
engranajes sentimentales, el descifrar de las más secretas claves de ingreso a tu intimidad. El
desentrañar tu manera de actuar sería como poder leerle las cartas al mismísimo
destino, y eso es algo que jamás haría aunque se tratara de algo tan sencillo
como dar vuelta la página a determinado libro. He aquí el quid de la cuestión: ¿A
quién le podría interesar el aburrido transcurrir inmerso entre las garras
adormecedoras y ociosas del sedentarismo de las certezas?
domingo, 2 de septiembre de 2018
Detalles
Te ha hecho traer el desayuno a la cama.
Ha sembrado con pétalos de rosas el lecho que guardará por siempre los secretos
del sexo consumado. Se ha encargado de decirle al conserje que te despierte a
la hora señalada. E incluso te ha obsequiado esa elegante camisa blanca que tan
bien le sienta a tu cuerpo desnudo. El único detalle que ha dejado de tener en
cuenta es el de indicarte cómo es que puedes volver a encontrarlo.
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