lunes, 8 de febrero de 2016

Ser consecuente

La furia que no habla es la que hace más daño.
La desazón que no trasluce es la que más corroe.
La sospecha que no aclara día a día oscurece.
Los miedos que se ignoran desnudan debilidades.
La cobardía que se encubre refleja hipocresía.
La seguridad que finge establece nerviosismo.
La autenticidad que se expresa está libre de culpa y cargo. 

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