miércoles, 3 de febrero de 2016

Confabulación

Brillábamos cuando el azar apostaba por nosotros, pues ahora el muy ingrato se ha empeñado en opacarnos. El tiempo y su avaricia ya no arriesgan sus horas en confabulaciones para hacernos coincidir. Tan sólo algún compasivo acontecer onírico nos continúa cediendo ratos de su transcurrir de inconsciente pleno y razonar nulo para que disfrutemos de las más atrevidas fantasías.
Y si no se da el encuentro en alguno de esos planos, nos extrañamos…

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