martes, 11 de abril de 2023

Ocasión perdida


Con la precisión de un tirador,
y la seguridad del buen actor.
Con el innato sigilo del felino,
y la clandestinidad del desatino.
Ella espantó la calma de mi meditar,
con claras intenciones de alterar, 
los designios del destino.
 
Con total desfachatez apareció,
me miró fijo a los ojos y sonrió,
lentamente desestimó su bata,
y con sensualidad de bachata,
se dedicó a mover sus caderas,
como si la gracia a pagarse fuera,
con monedas de plata.
 
Y se escabulló después del acto,
dejándome atónito, estupefacto,
en vana intención de espabilar.
¿Cómo podría a tiempo reaccionar,
ante tal demostración de sutileza,
ostentada por semejante belleza
a los pies mismos de mi altar?
 
Reprimí las lágrimas por el lamento,
es que si hubiera estado más atento,
habría aprovechado la oportunidad.
Pareciera no estar exento de verdad,
eso de que el tren solo una vez pasa,
no me queda otra que seguir en casa,
en compañía de la soledad.

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