martes, 7 de septiembre de 2021

Sé que ya no estás, pero aún te percibo

En las figuras que surgen al empañarse los cristales.

En la neblina matinal que todo lo envuelve y humedece.

En el rocío que se desliza gota a gota por las ramas.

En las nubes grises teñidas de rojo por los crepúsculos.

En las largas noches de ojos abiertos y pensar distante.

En los roces de las sábanas y los espacios sobrantes.

En las lágrimas que la complicidad de la noche oculta.

En el dolor sin remedio que me apretuja el alma.

En la terquedad del corazón que aún espera tu vuelta.

En la displicente soledad que me hace saber que ya no soy buena compañía y amenaza con dejar mi ser librado al azar.



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