Y mientras nosotros jamás nos cansamos de planificar, el gran
prestidigitador universal nos observa, dibuja su sonrisa más sarcástica, se
acomoda en el trono, cruza las piernas, apoya el codo derecho sobre el muslo
izquierdo, el dedo pulgar debajo de la barbilla, el índice estirado sobre los
labios, y piensa, piensa que tal vez algún día no tan lejano dejaremos de ser
tan ilusos de creer que podemos manejar nuestro destino. Después de un instante
de meditación, sacude la cabeza como para desechar tan humano pensamiento, y
retorna a la tarea que tan bien conoce de mover los hilos. Quizás sea un buen
día para brindar ciertos indicios sobre el camino a seguir a un par de almas
descarriadas que ha estado siguiendo, cosa que siempre hace, aunque muy pocos, debido
a la incredulidad generalizada, logran interpretar tales señales.
Este es mi borrador virtual. Todos los textos son de mi exclusiva autoría. No siguen ninguna línea específica ni hilo conductor, ni siquiera una cronología. Publico compulsivamente cuando tengo ganas, y cuando no las tengo me pregunto por qué pierdo el tiempo en hacerlo. Soy así. Las imágenes fueron tomadas de Internet.
martes, 7 de septiembre de 2021
El titiritero
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