martes, 7 de septiembre de 2021

El titiritero

Y mientras nosotros jamás nos cansamos de planificar, el gran prestidigitador universal nos observa, dibuja su sonrisa más sarcástica, se acomoda en el trono, cruza las piernas, apoya el codo derecho sobre el muslo izquierdo, el dedo pulgar debajo de la barbilla, el índice estirado sobre los labios, y piensa, piensa que tal vez algún día no tan lejano dejaremos de ser tan ilusos de creer que podemos manejar nuestro destino. Después de un instante de meditación, sacude la cabeza como para desechar tan humano pensamiento, y retorna a la tarea que tan bien conoce de mover los hilos. Quizás sea un buen día para brindar ciertos indicios sobre el camino a seguir a un par de almas descarriadas que ha estado siguiendo, cosa que siempre hace, aunque muy pocos, debido a la incredulidad generalizada, logran interpretar tales señales.  

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