martes, 21 de septiembre de 2021

Desencanto

La miraba aún sabiéndola inalcanzable,

de lejos la saludaba con ilusión cada día,

como poniéndole el pecho a la utopía,

creyendo que el diamante era maleable.


Cuando me acerqué en intento de hablarle,

ella se ocupó de resaltar el final de mi vía,

con el objeto de que no menosprecie su valía,

en una determinación tan poco aconsejable.


Consigo mismo uno debe retractarse,

y del gran tren de la esperanza bajarse,

cuando el desengaño de gala se arropa.


Y otro sueño que va a sepultarse en el olvido,

y otra quimera que se queda sin motivos, 

y otra vez a los bares, y a las noches de copas.  


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