miércoles, 15 de septiembre de 2021

Eternidad

…Y de repente, enarcó las cejas, clavó sus ojos en mí, y dijo, casi  susurrando por entre sus labios de seda:

—Suponte por un momento que el destino te obsequiara la magnífica posibilidad de estar tan solo diez minutos con quien consideras el amor de tu vida, con esa persona que has soñado las mil y una noches y se ha adueñado de tus pensamientos todos los correspondientes días, ¿cómo aprovecharías mejor ese preciado momento?

La ocasión era encantadora, única, y como tal no ameritaba que yo le obsequiara un mínimo de duda a la respuesta.

—Te abrazaría tan pero tan fuerte que haría que se detuviera el tiempo.

Y nos abrazamos, y nos fundimos en uno, y fuimos eternidad.


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