sábado, 23 de enero de 2016

Tengo miedo…

De dejar algún pendiente que otro no pueda resolver cuando la muerte me sorprenda.
De que llegue el momento en el que no le dé valor al comienzo de un día como una nueva oportunidad.
De no lograr distinguir entre una mirada sincera y la expresión de una mente hipócrita.
De no saber apreciar la belleza de las cosas simples por estar obnubilado por los grandes objetivos.
De alcanzar el maldito día en el que desconozca a los que estuvieron a mi lado o me acompañaron en la vida.
De que me embargue la insensibilidad ante situaciones límites tales como: no percibir los pinchazos del dolor ante las aberraciones o los despropósitos de mis semejantes, o ser indiferente ante las injusticias o las maldades.

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