Cuando
estabas convencida de que lo tenías todo bajo control. Cuando dabas por sentado
que habías llegado inmune y completa a la cúspide de la parábola vital y te habías
sentado en ella a disfrutar del logro muy segura de ti misma. Cuando instalada
allí dejabas que transcurriera el tiempo mientras te sumergías en ese estado de
sopor que te hacía pensar que eras feliz con lo poco o mucho que tenías, considerándolo
suficiente. Cuando creías que no existía persona alguna sobre la tierra que te
pudiera mover el tablero y hacer que se te derrumbaran las piezas que tan bien habías
acomodado.
Pues
justo ahí, en ese instante de relajación, apareció. Supo ser muy oportuno. Con
una mirada te inmovilizó. Con una palabra encendió todas tus señales de alerta.
No pudiste siquiera levantar una mano
para impedir que pronunciara la frase que apagó las luces de precaución y dio
paso al verde dejándote librada a sus caprichos. Tampoco pudiste decir nada
porque ya te habías derretido cuando de su seductora voz se desprendió ese
imperativo que jamás creíste pudiera hacer tanta mella en tus fibras más
íntimas. Entonces, y a pesar de la momentánea inmovilidad corporal, apreciaste que
él era como ese rayo que te cae encima, sin permiso, sin aviso; poderoso, avasallador
y aleatorio. Y que ese instante todo lo cambió y ya nada volverá a ser como era
porque… porque te das cuenta de que eres una víctima de la fuerza del amor.
Este es mi borrador virtual. Todos los textos son de mi exclusiva autoría. No siguen ninguna línea específica ni hilo conductor, ni siquiera una cronología. Publico compulsivamente cuando tengo ganas, y cuando no las tengo me pregunto por qué pierdo el tiempo en hacerlo. Soy así. Las imágenes fueron tomadas de Internet.
viernes, 28 de agosto de 2015
miércoles, 26 de agosto de 2015
Textos que desnudan
Percibo en la sinuosidad laberíntica de
tu escritura
Lo que tu boca no se anima a pronunciar a
viva voz
Leo entre líneas confesiones sutiles de muy
íntimos secretos
Que sugieren extensos letargos de pasiones
y contenidas locuras
Que ruegan emerger en libertad profiriendo
gritos silenciosos
jueves, 20 de agosto de 2015
Dulce muerte
Acaricio
tus pies
Sé
desde el principio
El
final de mi camino
Mis
labios en tus párpados
Mis
yemas en tus piernas
Avanzo
con la convicción
De
saber adónde voy
Mi
boca en tu boca
Mis
dedos en tus muslos
Me
invade la certeza
Del
objetivo cercano
Rastros
de besos en tus senos
Roces
de manos en tus nalgas
Procedo
con la seguridad
De
que ya no hay vuelta atrás
Tu
vientre y mi lengua
Tu
sexo y mi hombría
Tu
pasión y mi lujuria
En
entrelazado mortal
viernes, 14 de agosto de 2015
Alma de voyeur
Desde que recuerdo me
gustó observar sin ser observado. Tal vez en un principio haya sido producto de
un miedo o una falta de actitud o cobardía ante los demás por el errático creer
ser inferior a ellos. Pero luego pasó a ser una costumbre o un proceder
estudiado puesto que ya había aprendido que de esa forma podía obtener más
rédito, ganar experiencia o adquirir enseñanza en ese juego de escuchar o de
ver sin participar o ser visto. Quizás lo que empezó como un inocente escabullirse
para pasar inadvertido luego se transformó en una actitud netamente egoísta con
el fin de sacar partido de las situaciones. Así, en los colectivos siempre
viajaba en los últimos asientos, en los cines me ubicaba detrás de todos, en
las pocas reuniones a las que concurría me podían encontrar en un lugar entre
sombras con una pared a mi espalda. Creo que mis textos traducen parte de esa
modalidad. Suelo mostrar los escenarios al detalle, narro lo indispensable para
no desnudar mis intenciones, pero a la vez doy a entender demasiado a sabiendas de que nunca
aclararé cuánto es verdad y cuánto invención.
La esencia del Marqués
Si se me condenara a la
pena de la senilidad porque dieran por juzgado que ya he visto todo lo factible
de ser visto, incluyendo el voyeurismo realizado a través de la cerradura de una
infinidad de ocultas intimidades.
Si la condena por
palpar, acariciar y satisfacer una y mil veces la belleza impúdica sin
posibilidad alguna de hastío fuera que se me cortaran las manos.
Si toda vez que disfrute
de los placeres para la mayoría vedados se me nominara a la crucifixión y eso
me acercara a pasos acelerados a las mismísimas puertas del infierno
Pues, queridos mortales,
nada de eso me preocuparía en absoluto. Por más que se esmeren en silenciarme
empleando cientos de diversas estratagemas, tendré siempre la certeza de que no
existe algo más acá que la muerte que logre hacerme desistir de llevar a cabo
mis particularidades. Jamás podrán censurar mi imaginación.
miércoles, 12 de agosto de 2015
Relatividad
Es la hora del crepúsculo matinal aunque
al sol parece no haberle sonado el despertador y arrancará tarde su jornada. Llueve
pausadamente. El agua se desliza en suaves cascadas por los cristales laterales
del ómnibus; empañándolos y haciendo que se difuminen las imágenes exteriores dibujando
figuras grotescas. Las luces de la autopista transitan raudas a nuestro lado en
la ilusión de que flotamos en un mismo lugar. Otras más lejanas permanecen estáticas
ante nuestro desplazar desintegrando en mil pedazos tal ilusión, y traen a mi
recuerdo teorías de Galileo y Einstein acerca de la relatividad. Si no fuera
por un par de cotorras humanas situadas a mi espalda que relatan a viva voz tristes
aconteceres de sus aburridas vidas, me habría dormitado bajo el embriagante influjo
de tu excelso perfume en perfecta combinación con lo eximio de tu cuerpo,
extraña morocha de ojos claros.
jueves, 6 de agosto de 2015
Desalmados
Fue en un
arrebato de locura
Que me
obsequiaste tu alma
Manoseada,
ultrajada, herida
La
albergué, la curé, y le di calma
Le
transmití la fortaleza de la mía
Para que
pudiera salir del sopor
Como el
fénix resurgió de las cenizas
No tardó su
palidez en cubrirse de color
Aunque
con prontitud se dio cuenta
Que no
estaba en su lugar
Me hizo
culpable de su orfandad
Y partió
en búsqueda de su radar
Sin
querer, o no, consigo se ha llevado
A mi alma
que nula resistencia opuso
Con
actuar de enamorada
Bajo
dominio de racionar obtuso
¿Ahora
qué haremos los dos
Sin alma,
sin esencia, sin control
Con
nuestros cuerpos hambrientos de sexo
Sin ética
ni moral, y carentes de valor?
Sin correspondencia
Te saca
el aire
Te
presiona el pecho
Te quita
el hambre
Te cierra
la garganta
Pero de
amor no te mueres
Obsesiona
tu mente
Obnubila
tus sentidos
Obceca tu
accionar
Encasilla
tu pensar
Pero de
amor no te mueres
Te hace
presa de su asecho
Te atrae
aunque te opongas
Te sujeta
de pies y manos
Te hiere
y te deja cicatrices eternas
Pero de
amor no te mueres
Perdonas
lo imperdonable
Desciendes
a lo más bajo
Y
convertido en piltrafa
Sos
esclavo de su tiranía
Pero de
amor no te mueres
Se te desgarra
el corazón
Se te
astilla el alma
Se te
apaga lentamente la vida
Y entonces
en el último aliento,
te das
cuenta que…
… que de
amor sí te mueres.
Realidad virtual
No podrá
la distancia
No actuará
el olvido
No
influirá el tiempo
Ni la
desidia del destino
Dos incondicionales
voluntades
Han
forjado estrechos lazos
A pesar
de la arrogante lejanía
Que ni a
lo evidente hace caso
Ella libre
en las sierras
Él atado en
los llanos
Son nada mil
kilómetros
Cuando se
va de la mano
Distancia,
ilusión, destino
Libertad,
deber, nudo virtual
¿Será amor
platónico o desatino?
lunes, 3 de agosto de 2015
Ilusa ilusión
¿Por qué será que uno
nunca termina de desestimar esa estúpida ilusión que nos hace creer que todo volverá
a ser como alguna vez lo fue?
Intoxicados
En
el inevitable juego de la vida absolutamente todo es un tome y traiga, un ir y
venir, o un dar para recibir. Idealistas, o hipócritas disfrazados como tal,
por favor mantenerse al margen o abstenerse de opinar. Cuando damos u ofrecemos
algo siempre esperamos una retribución, así sea tan solo un beso, una caricia,
un abrazo, una simple mirada de agradecimiento o una frase movilizadora. Es
fácil decir o hacernos creer que existe una persona “tóxica” a nuestro lado por
el hecho de que nos exige algo a cambio de lo que nos brinda y por ende está
corrompiendo nuestro libre albedrío, nuestra voluntad de hacer lo que queramos.
Y hasta nos convencen de que debemos ladear a esa persona para poder continuar
con una vida normal basada en hacer lo que se nos antoje sin ningún tipo de
imposiciones. Lo más probable es que nos volvamos a relacionar con una persona
muy similar a la que desestimamos. ¿Saben por qué? Pues porque todos somos
culpables y todos somos inocentes en el juego de las relaciones y siempre
tenderemos a atraer al mismo tipo de personas debido a que nos hemos formado un
ideal subconsciente que nos hace imán de símiles. Y si se da que no logramos
congeniar con nadie habrá que pensar que tal vez los tóxicos no son los demás.
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