viernes, 17 de julio de 2015

Disfraz

Generalmente se cae en la facilidad de decir que el diablo se viste de ángel para acercarnos a la tentación. ¿No es posible acaso que los portadores del bien se puedan valer de endemoniadas artimañas para convencernos acerca de las buenas intenciones? ¿Demonios angelicales?  ¿Ángeles diabólicos? ¡Vaya contradicciones! No son más que desavenencias o imágenes difuminadas de ciertos ideales espirituales otrora muy enraizados o arraigados que tienden progresivamente a desaparecer debido a que los mandatarios del más allá nunca se muestran o actúan en el más acá ni siquiera a través de sus emisarios.

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