jueves, 19 de marzo de 2015

Temo que me dé igual


Ya casi no siento resabios de su boca en la mía, lo que me instala el temor al olvido del  sabor de sus besos. Apiádese usted de mí, tenga compasión de los buenos momentos compartidos, intente renovar el grato difuso recuerdo, y concédame cada tanto el placer del roce de sus labios que, por más que resulte escatimado y fingido, tengo la seguridad de que terminará por ahuyentar esta incertidumbre que me invade y que me hace creer que puede ser lo mismo besar otros labios, aunque estos no sepan a los suyos.

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