martes, 19 de mayo de 2020

Suceso

Cuando sentía que el único refugio seguro, era el arrumaco de mis letras.
Cuando creía que la puerta que orienta al camino de las ilusiones renovadas ya había sido cerrada.
Cuando estaba convencido de que no volvería a sentir ese grato cosquilleo que genera la incertidumbre.
Cuando me había rendido ante los dominios de la desidia, y estaba en la insulsa espera de no esperar nada.

Cuando todo eso pasaba sin que nada ocurriera, apareciste tú, cubierta con tu manto rejuvenecedor de espíritus, para embriagarme dulcemente con tus influjos y tus virtudes. Y espantaste con el solo brillo de tu mirada la larga somnolencia de mis instintos pasionales, para que los depositara en ti. El antes ya es olvido, y habrá un después, sólo contigo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario