domingo, 18 de febrero de 2018

Vacío

Y continúo en la intrascendente sucesión de los días sumergido en los olvidos de no sé qué, en la carencia de alicientes que desconozco, en el anhelo de la consecución de ideas que aún no han germinado. Aguardo esa mano que me dé una mano para ayudar a que me levante y eche a andar otra vez, rengo de voluntad y con las emociones gastadas, por caminos ya transitados rumbo hacia no sé dónde. O, tal vez espero una brisa perdida que impulse al velero de mi existencia estancado en algún mar muerto y así poner proa hacia donde sea que no sea el lugar donde me encuentro.
¿Por qué cada día que pasa los vacíos espirituales se agrandan? ¿Por qué cuesta tanto llenarlos? ¿Existe alguna variable vital no considerada que puede lograr que las exasperantes esperas valgan la pena?


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