lunes, 12 de febrero de 2018

Caminante

Camino, siempre camino, de alguna u otra manera lo hago, porque no se está plantado en la vida, se pasa por la vida y si se transita es porque se camina. Uno se traslada continuamente entre sus intrincados derroteros, muchas veces se pierde y anda sin rumbo hasta que se encuentra, entonces echa a andar otra vez para volver a perderse. De eso se trata, esa es la finalidad de nuestra inserción en el laberinto: buscar para encontrar, perder para buscar y encontrar, y volver a perder... Algunos caminan de una manera, otros de otra, pero nadie deja de pasar o de andar por la vida. Algunos pasan y dejan hondas huellas en las piedras, muy difíciles de borrar, otros las dejan también profundas pero en la arena donde las urgencias del viento o el agua se ocupan de hacerlas desaparecer en breve, y a los demás, a los que pasaron sin dejar una mísera huella, tal vez debió habérseles prohibido el ingreso al laberinto.

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