lunes, 27 de noviembre de 2017

La hora de los sugerentes

Cuando los gritos se tornan roncos y se acallan, cuando las risas se transforman en muecas adormiladas, cuando los labios enmudecen y quedan sellados, cuando los ruidos menguan y suenan monocordes, cuando los murmullos se alejan y se extinguen; es ahí cuando comienzan a imperar las voces del silencio y que me lleve el diablo si no transmiten más que todos aquellos juntos en su apogeo.

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