…Y ahí voy por la vida creyendo ser la monta del caballo
blanco del Apocalipsis, con mi atrevimiento de buscarle explicación a lo
inexplicable, con mi pretensión de detener lo inevitable, con mi errática decisión
de ir contra la corriente, con mi terquedad de inventar victorias donde solo existen
derrotas irrefutables. Y ahí voy portando mi estúpido estandarte de vengador
anónimo de las causas perdidas cuando en realidad soy un insignificante idiota
más en este mundo podrido que resume pus por todos sus poros, cuyos victimarios
de hoy serán las víctimas del cercano mañana y ni siquiera tienen el tupé de
reconocerlo.
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