Te extraño en la lluvia inmisericorde que azota techos
desnudos y reaviva imborrables encuentros contigo.
Te extraño en la soledad tormentosa de horas nocturnas
sin fin.
Te extraño en la ensoñación subconsciente de ojos
abiertos y mente distante.
Te extraño en las sábanas frías, en espacios vacíos y
almohadas sobrantes.
Las voces calmas del
crepúsculo se unen a mi sosegado llanto y juntos clamamos por ti.
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