jueves, 13 de octubre de 2016

Crimen y castigo

Como la frivolidad que deja mal herido al incorregible perverso, como la culpa que consume al eterno pecador, como el deseo que carcome poco a poco al abstinente, o como la voz de la conciencia que martiriza al homicida; la imposibilidad de amar es el castigo devuelto al reincidente e insidioso amante.

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