Podrán halagarme todo lo que quieran o criticarme en exceso si eso los
satisface o así lo prefieren. Nada me afectará más de lo que yo determine pues
tomaré de cada cosa que digan la dosis que se me dé la gana, o sea la mínima
indispensable para continuar con mi derrotero por la vida. Tal vez peque de soberbio o hasta resulte chocante,
eso tampoco me importará demasiado; soy arbitrariamente leal y por lo tanto
políticamente incorrecto: la sinceridad ante todo. Soy constructor autodidacta
de mis logros y bienestares, y mentor consciente de mis tropiezos. Todo lo que
he conseguido de alguna manera lo he buscado así que bien merecido lo tengo. A
nadie le pido, a nadie le exijo, a nadie le debo, por ende soy libre de
desaparecer de vuestras vidas sin remordimiento alguno. Acéptenme así o ignórenme, no cambiaré.
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