miércoles, 13 de abril de 2016

Estado pasajero

Admiro el estado de ánimo de los cobradores y esa permanente predisposición que los lleva a salidas siempre ingeniosas —característica adquirida sin duda en su trajinar diario por la calle—. En general se los trata de manera despectiva, a veces se los hace pasar hasta cinco veces a cobrar la misma cuenta y ellos siempre vuelven con una sonrisa y una broma a flor de labios. Hoy pasó uno de ellos por la oficina y cuando le fui a pagar tuve que contar tres veces la plata porque siempre la cuenta me daba diferente. Mientras, él me miraba con una sonrisa que pretendía ser condescendiente. Le entregué el dinero y le dije:
—Me pasa cada tanto que ando medio pelotudo, y a veces me pasa siempre.
Celebró la broma con una carcajada, contó la plata, me hizo saber que la cantidad era correcta, y se despidió diciéndome:
—Que tenga usted un buen día, y no se preocupe, ya se le pasará.

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