jueves, 22 de marzo de 2018

Adiós


Cientos de frases significativas y altisonantes, registraciones de alto valor específico, combinaciones ingeniosas de palabras nunca antes entrelazadas, aseveraciones superlativas que despejan toda duda, verdades universales que aún tienen aplicabilidad. Todo ese cúmulo mezcla de sabiduría y experiencia será automáticamente dilapidado sin prejuicios, pasará por los dominios de la inadvertencia, y caerá en sacos sin fondos para desperdigarse por el amplio espectro del olvido. Pues no hay hombre, aunque sea el más avezado de los oradores, que no se quede sin palabras al dejar atrás el lugar que siempre creyó su lugar.

Ojitos tristes


Reverdecidos destellos de primaveras lejanas invaden mi esencia y logran sumergir en el olvido la laxa quietud de los días otoñales que transito. La misma carita angelical que fuera ilusión y deseo en aquellos días. El mismo rostro de muñeca de porcelana que era realidad en esos sueños lejanos de no querer despertar. Esa incomparable sonrisa de mejillas marcadas que embobó tantas veces mi presencia reincide ahora en mis fantasías despiertas. Si no fuera por el brillo de sus ojos que antes me deslumbraban y ahora me reflejan diría que no ha pasado el tiempo.

martes, 13 de marzo de 2018

En ruinas

Ya quisiera yo volver a pintar ese brillo en tus ojos que alguna vez supe pintar. Daría lo que fuera por recrear el bosquejo de esa sonrisa encantadora que alguna vez tuviste y plasmarla en tu rostro para siempre. Moriría por volver a pulir con caricias las curvas de tu cuerpo,  impregnándolas con el aceite de la eterna lozanía.  Me encantaría reavivar el imán que al intuir la cercanía de tu piel ponía a ciento ochenta mis latidos.
Reincidir en ti sería fantástico, pero es imposible reinventar obras de arte destruidas.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Dechado de virtudes

Por la voluntad inquebrantable que es potestad de ellas para brindar todo lo que tienen y un poco más.
Por el virtuosismo de saber reconocer siempre cuándo es el momento adecuado para lo que sea.
Por la capacidad de escuchar, aún cuando conocen con lujo de detalles lo que se les va a decir.
Por el sosiego revitalizador que saben impregnar a las situaciones en tiempos en los que reina la vorágine del ímpetu o la ansiedad.
Por la confianza que transmiten que nos impulsa a cerrar los ojos sin temor alguno a lo que sea que pueda ocurrir.
Por las dosis de ánimos renovados que nos inyectan luego de tantas jornadas infructuosas o agotadoras.
Por el precepto implícito en sus actuares que nos invita a que las sigamos por los caminos de la vida que van abriendo.
Por la embriagadora sensualidad que solo ellas logran expresar con naturalidad para nuestra perdición.
Por los susurros al oído que suelen despertarnos lejanos recuerdos de arrullos y pechos cálidos.
Por todo eso, y por todos los demás atributos que olvido citar por el simple hecho de ser hombre, ¡salud mujeres! Son, sin duda alguna, la frutilla en el postre de la creación.

martes, 6 de marzo de 2018

Aceptación

Soy fluctuación. A veces soy deseo y a veces repulsión. A veces soy luz que despeja tristezas, y con frecuencia pesada nube de invierno que opaca cualquier posible brillo. Soy diseñador oficial de mis reiterados vaivenes. Pergenio y ejecuto mis ideas, por lo tanto disfruto del placer en los éxitos o padezco las calumnias en los fracasos, como debe ser. Soy solitario participe en la concepción de momentos únicos por ende la posible degeneración, la inevitable culpabilidad y las nefastas consecuencias serán de mi exclusiva incumbencia. De los posibles daños colaterales no me hago cargo.

Conectados


Le he estirado tanto las patas a ciertas mentiras que han terminado siendo patéticas verdades.
Definitivamente no es de mi agrado crear falsas ilusiones pero he participado —consciente o no— en la concepción de ellas tantas veces como se puedan imaginar. 
No tengo claro si vos y yo somos el producto de una mentira piadosa, de una patética verdad, o de una falsa ilusión; pero lo que sí me consta es que estamos dolorosamente conectados…