No te preocupes si me ves a menudo mirando lejos, pues
mientras lo haga será porque existen caminos por donde andar, metas por
alcanzar y experiencias por vivir; preocúpate cuando mi vista se haya nublado y
navegue errante por los confines del silencio y la decepción.
No te preocupes por mis cambios de actitud, por la variabilidad
de mi ánimo o mi humor cambiante; preocúpate si no ocurren porque será señal
clara de que las contingencias de la vida ya no me afectan ni me hacen mella.
No te preocupes por los excesos de seducción o las desinteresadas
muestras de afecto; preocúpate si me atrae más cualquier otra distracción que
el perder el tiempo contigo.
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